La Casa CN es un proyecto en el cual la vegetación aporta textura, sensaciones e identidad. La arquitectura abraza la y ésta se articula y se introduce en todo el proyecto. Las dinámicas de habitar están completamente relacionadas con la flora y la fauna propia del entorno permitiendo un constante diálogo con el lugar y una experiencia de calidad
Actualmente existen un sin numero de proyectos ubicados en un entorno natural; muchos de ellos honran la vegetación que los rodea, y muchos otros, por desgracia, solamente aprovechan algunas visuales, pero no forman dinámicas con su contexto. En el caso de la Casa CN, además de honrar la vegetación, el verde busca constantemente atravesar los posibles límites arquitectónicos, dando como resultado un bosque inmerso en el conjunto.
Toda la edificación se encuentra rodeada de naturaleza; sin embargo, hay tres puntos clave en que la línea entre flora y construido se difumina generando una especie de ecosistema que relaciona elementos naturales y artificiales. El primero se encuentra en el acceso principal que, aunque se encuentra en la fachada norte, inicia desde la cara sur junto con el parqueadero en lo que es una especie de pórtico invadido completamente por follaje bajo y mediano, el cual no solamente actúa como un factor visual, sino que también el usuario se relaciona por medio del tacto y el olfato con este. Desde aquí se evidencia uno de los lineamientos proyectuales principales: la naturaleza como protagonista.
La casa hace una clara diferencia en la envolvente y en la distribución interior entre la zona social y la zona privada. La primera tiene una piel mucho más transparente con algunos elementos en concreto a la vista; asimismo, es cubierta por un techo a dos aguas en tonalidades grises oscuras y su interior es de espacios amplios que rara vez se encuentran con un muro. Por su parte, la zona privada, se envuelve en ladrillos y algunos ventanales; es una fachada mucho más cerrada y dura que se encuentra cubierta por un techo plano, considerable más discreto que el de su volumen vecino. Internamente las zonas se encuentran mucho más diferenciadas y son de menores dimensiones.
En el encuentro de estas dos piezas se haya el segundo punto clave, en el que el que habita interactúa visualmente con la vegetación, la cual roba de nuevo el protagonismo y pareciera querer hacerse una con los muros y los vidrios. El tercer punto se ubica junto con los balcones de las habitaciones; en éste son las copas de los árboles aledaños cuyo follaje alto y verde que choca con las barandas y entra en el proyecto forma un tejido que la persona contempla y toca.
Al complejo se llega por el parqueadero que a su costado oriental cuenta con un volumen que corresponde al depósito; por el mismo parqueadero se puede ingresar por la fachada oriental al acceso peatonal de servicio y a un baño. Por la cara norte se llega al acceso peatonal principal el cual dirige directamente a la zona social compuesta por la sala con chimenea, el comedor, un baño social y la cocina -a la cual también se puede llegar por medio del área de servicio-. El área de servicio se compone de la cocina sucia y despensa, la zona de ropas, la habitación de servicio y un baño. Por medio de la zona social se puede acceder a la terraza con BBQ.
Separada de la zona social por una chimenea, se encuentra un espacio semi privado: el family room, el cual por medio de un pasillo conecta con la zona privada compuesta por la habitación principal con su baño, vestier principal y jacuzzi y una terraza. Adicionalmente, se encuentran otras dos habitaciones con baño y vestier y una pequeña terraza. Esta zona también cuenta con armario de linos.
La Casa CN es un proyecto en el cual la vegetación aporta textura, sensaciones e identidad. La arquitectura abraza la naturaleza – la fachada sur forma en planta junto con la zona de paqueo una especie de u- y ésta se articula y se introduce en todo el proyecto. Las dinámicas de habitar están completamente relacionadas con la flora y la fauna propia del entorno permitiendo un constante diálogo con el lugar y una experiencia de calidad.
Escrito por María Carla Flórez Jiménez desde BOGOTÁ D.C.
Fotografías de Mateo Soto