Arquitectura

El Cable Ingles conquista el Mediterráneo

El antiguo cargadero de mineral que estuvo activo desde 1904 hasta 1970 en la costa almeriense luce ahora un nuevo aspecto que le permite mantener su esencia, a la vez que se convierte en un enclave de referencia para la ciudad y sus visitantes

El Cable Ingles conquista el Mediterráneo(© Ismael Olea)

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El antiguo cargadero de mineral que estuvo activo desde 1904 hasta 1970 en la costa almeriense luce ahora un nuevo aspecto que le permite mantener su esencia, a la vez que se convierte en un enclave de referencia para la ciudad y sus visitantes


Vista aérea del cargadero de mineral en la playa de las Almadrabillas (© AP Almería)

Diseñado por el ingeniero escocés John Ernest Harrison, el cargadero de mineral El Alquife, conocido popularmente como “El Cable Inglés”, fue construido con la finalidad de modificar los sistemas de carga del mineral procedente de Granada, aliviando con ello los sobrecostes en su exportación marítima a través del puerto de la ciudad de Almería.

La construcción, que por su gran dimensión podemos considerar como una gran infraestructura portuaria, se ubica en la playa de las Almadrabillas, lugar donde fue inaugurada el 27 de abril de 1904 por el propio rey Alfanso XIII, para posteriormente caer en desuso en la década de los setenta.


Vista desde el mar del cargadero de mineral durante su época de funcionamiento (© AP Almería)

Desde entonces, el antiguo cargadero ha sido testigo mudo de los cambios que ha ido sufriendo la ciudad en estos 50 años, viendo como tanto ciudadanos como gobernantes permanecían impasibles ante uno de las estructuras más singulares que posee la ciudad.

Esta colosal infraestructura portuaria estaba formada por tres tramos. El primero de ellos consistía en la prolongación de la vía férrea construida sobre pilas de mampostería, arcadas y puentes metálicos, el segundo no era sino un viaducto a la manera de construir de la época, completamente de acero, mientras que el tercer y definitivo tramo era el que podemos denominar como muelle de descarga propiamente dicho, formado por un total de 21 pórticos metálicos y cuya mayor anchura queda proporcionada con sus 108 metros de longitud y 19 de altura sobre el nivel del mar.


Tramo final del cargadero de mineral que se introduce y eleva sobre el mar (© Carlos de Paz)

Uno de los elementos más novedosos de que disponía este cargadero mineral eran sus tolvas laterales, las cuales le permitían tener el doble uso de cargadero y almacén de manera simultánea.

El funcionamiento del mismo era sencillo, sobre el tablero se alineaban las vías que permitían el discurrir de los vagones, los cuales llegaban hasta los depósitos para verter su carga en ellos con ayuda de la inestimable gravedad. Este sistema permitía a los trabajadores y empleados del cargadero llevar a cabo, en tan sólo 8 horas, de un barco cuya capacidad se estimaba en 8.000 toneladas, algo que era un gran ritmo para la época y que permitió que se convirtiera en un elemento fundamental de la economía portuaria de la ciudad.


Barco atracado junto al cargadero de mineral durante su época de funcionamiento (© AP Almería)

Justo a la mitad de este periodo de tiempo transcurrido entre su caída en desuso y su restauración, el conocido como “El Cable Inglés” fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento por la Junta de Andalucía en el año 1998, reconociendo este cargadero de mineral como uno de los mejores y más claros exponentes de la problemática de la explotación minera de finales del siglo XX, así como de la industrialización del sur del país.


Fotografías de la primera fase de la restauración de “El Cable Inglés” (© Carlos de Paz)


Trabajador durante la primera fase de restauración de “El Cable Inglés” (© Carlos de Paz)

A día de hoy, 50 años después de caer en desuso y 25 años después de ser declarado BIC por la Junta de Andalucía, esta icónica construcción industrial almeriense se abre al público a modo de paseo que culmina en un espectacular mirador elevado sobre la playa que ocupa lo que otrora fuera el lugar de trabajo de mineros, transportistas e industriales.


Varios de los trabajadores que intervinieron en el proceso de restauración de “El Cable Inglés” (© Carlos de Paz)

Las obras, acometidas por parte de la UTE formada por Seranco SA, Acerouno Restauración Inteligente SC, y Halstein Integral de Obras y Servicios, han contado con la financiación procedente del 1,5% Cultural.


Primer tramo del cargadero de mineral tras su restauración (© Shutterstock)


Paseo peatonal sobre lo que antes eran las vías tras su restauración (© Shutterstock)

Finalmente, el pasado 30 de marzo se recepcionaron las obras correspondientes a la segunda fase de restauración del monumento. En la primera de ellas, las obras fueron de conservación y restauración del muelle de carga propiamente dicho, mientras que la segunda de las fases llevó a cabo los trabajos sobre la plataforma de acceso mediante la restauración de la estructura metálica, el tratamiento de conservación de la fábrica de piedra y la puesta en valor de la plataforma superior, con un acabado de madera de iroko que permite a este nuevo espacio de la ciudad se comparado con lugares tan icónicos como el High Line de Nueva York.

 

 

Todos estos trabajos, así como la pericia mostrada por los ingenieros que elaboraron el proyecto original, han permitido que la ciudad de Almería sume a su lista uno de los espacios públicos más importante no solo de la ciudad, sino también de la península.

Autoridad Portuaria de Almería

Fotografías de Carlos de Paz, Ismael Olea, Autoridad Portuaria de Almería y Shutterstock

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