GRANDES MAESTROS

El ingeniero que eclipsó a los arquitectos: Pier Luigi Nervi

Contratado por numerosos arquitectos como consultor para la estructura, Pier Luigi Nervi dotó de una impronta singular a todas sus realizaciones, eclipsando, en muchos casos, el trabajo de los propios proyectistas con los que colaboraba.

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Contratado por numerosos arquitectos como consultor para la estructura, Pier Luigi Nervi dotó de una impronta singular a todas sus realizaciones, eclipsando, en muchos casos, el trabajo de los propios proyectistas con los que colaboraba.


La obra de Pier Luigi Nervi (1891-1979) es un compendio de audaces soluciones estructurales. Graduado como ingeniero civil por la Universidad de Bolonia, en 1913, su labor profesional se vinculó, en un primer momento, a la Sociedad de Construcciones en Hormigón.





Fotografía de Mario Carrieri-MAXXI



En 1926, funda la sociedad Nervi y Nebbiosi Ingenieros, con sede en Roma. De sus primeras obras, el estadio Giovanni Berta (1929-1932) de Florencia, actualmente conocido como estadio Artemio Franchi, le otorgó un enorme reconocimiento, gracias a la estructura vista y su bajo presupuesto. Como elemento más destacado, la escalera de trazado helicoidal insinuaba las posibilidades plásticas en potencia que poseía el hormigón.





Fotografía de MAXXI





Junto a su primo, el también ingeniero Giovanni Bartoli, fundó en 1932 la empresa constructora Nervi y Bartoli, que dirigiría hasta 1978. Se iniciaba una importante labor de investigación formal con el hormigón como material principal, cuya imagen final, sin recurrir a una estética a priori, venía determinada por el propio proceso de proyecto, los aspectos técnicos y la economía. Son paradigmáticos de este periodo los hangares construidos para las fuerzas aéreas italianas.





Los dos primeros se construyeron en Orvieto (1935). Con una anchura de 45 m y una longitud de 111’50 m, el espacio del hangar se cubría con una bóveda de nervios diagonales de hormigón in situ de canto 1’1 m y 15 cm de espesor. Uno de los laterales de la edificación era completamente practicable, a excepción de un soporte central, gracias a puertas correderas de casi 8 m de altura.





A partir de esta experiencia, Nervi evolucionó el prototipo de hangar en seis nuevos ejemplos (Orbetello, Orvieto, Torre del Lago), construidos entre 1939 y 1942, donde recurrió, por primera vez, a los elementos prefabricados, buscando contrarrestar las desventajas económicas del empleo de encofrados de madera cuando se ejecutaban formas no elementales.





Como primera medida, transformó los nervios en celosías. Además, simplificó el sistema de soportes haciéndolos simétricos y reduciendo su número a seis, los de esquina girados 45º. Como muestran las fotografías de su construcción, el principio funcionalista de “la forma sigue a la función” es sustituido por “la forma sigue a la estructura”.





Desafortunadamente, en la retirada alemana de 1944, los hangares fueron volados. En Tortona se conservan unos almacenes de sal (1950), de bóvedas parabólicas, que reproducen el efecto espacial de los hangares pero con una solución estructural menos audaz.







Fotografías de Matteo Cirenei



Siguiendo la filosofía de máxima eficacia-mínimo coste, la obra de Nervi buscó la sencillez constructiva y la expresividad formal de la estructura. La primera obra destacada de la posguerra fue el Palacio de Exposiciones de Turín (1947-1949), con una impresionante bóveda calada que cubre un espacio de 73x94 m, realizada en tan sólo ocho meses.





Fotografía de Mario Carrieri-MAXXI







Fotografías de Marco Menghi



Para la ejecución de las piezas prefabricadas recurrió a un nuevo tipo de hormigón armado, el ferrocemento, que empleaba elementos de encofrado perdido, junto a la armadura y el vertido in situ, dando como resultado nervaduras de pequeño espesor.







Fotografía de Matteo Cirenei



El espacio de la sala se completa con un ábside semicircular cubierto con una malla estructural de nervios, siguiendo un diseño de rombos o diamantes.





Fotografía de Matteo Cirenei



Este elemento se convirtió en el punto de partida de nuevos experimentos con este tipo de patrón, en ejemplos como el Kursaal de Ostia (1950), la Sala delle Feste de Chianciano (1952) o el depósito de agua de la planta Fiat Mirafiori (1962).







Fotografías de Matteo Cirenei



En 1954, Pier Luigi Nervi se asociaría con Antonio, su hijo mayor y arquitecto, en la firma Studio Nervi, a la que se unieron en los años 60 otros dos hijos, Mario y Vittorio. Se iniciaba un periodo de reconocimiento y encargos internacionales como consultoría estructural, como, por ejemplo, la cubierta del CNIT (1955) en París, en colaboración con Camelot, De Mailly y Zehrfuss; la sede de la UNESCO (1958) en París, en colaboración con Marcel Breuer y Bernard Zehrfuss; la torre Pirelli (1955-1959) en Milán, en colaboración con Arturo Danusso y Gio Ponti; o los proyectos para los Juegos Olímpicos de Roma 1960: el Stadio Flaminio (con A. Nervi), el Palazzetto dello Sport (con A. Vitellozzi), el Palazzo dello Sport en EUR (con M. Piacentini) y el viaducto de Corso Francia.











Fotografías de Matteo Cirenei



De las construcciones olímpicas, quizás la más significativa es el Palazzetto dello Sport (1957), realizado en colaboración con Annibale Vitellozzi (1902-1990). Se trata de un edificio de planta circular cubierto por una cúpula de casquete esférico, apoyada en 36 soportes en forma de Y, que se inclinan tangentes a su curva.





La cúpula de 50 m de diámetro y 21 m de altura máxima funciona como una membrana de elementos prefabricados romboidales. Su montaje y acabado se realizó en un mes.





Fotografía de Mario Carrieri-MAXXI





Fotografía de Jakob Straub



Una de las obras maestras de Nervi es el Palazzo del Lavoro (1960-1961) de Turín. Se trata de una edificación que alcanza los 25000 m², y que, en lugar de una gran cubierta, se resuelve mediante elementos autónomos fungiformes. Las fachadas, completamente acristaladas, se modulan a partir de su estructura metálica y la protección solar.





Fotografía de Matteo Cirenei



Cada unidad estructural cubre un fragmento cuadrado en planta de 40x40 m, y está formada por un pilar de hormigón de 20 m de altura y sección variable, y un entramado radial metálico para conformar la cubierta.







Fotografías de Matteo Cirenei



Las 16 unidades estructurales no entran en contacto entre sí, sino que entre ellas se interponen franjas acristaladas de 2 metros y medio de ancho, permitiendo la entrada de luz hasta las partes más alejadas del perímetro.





Fotografía de Docomomo Italia



Otro de los pocos ejemplos donde Nervi vuelve a recurrir a la estructura metálica es en la fábrica de papel Burgo (1961-1963), en Mantua. La necesidad de instalar maquinaria continua y la posibilidad de ampliación de la fábrica, obligaron a suprimir todos los soportes de cubierta y apoyarla en dos grandes pórticos de hormigón con un sistema de cables, armazones y montantes metálicos de fachada.





Fotografía de Matteo Cirenei





Fotografía de Marco Menghi



La última etapa de la obra de Pier Luigi Nervi se desarrolla, en gran medida, fuera de Italia, como la terminal de autobuses George Washington (1960-1962) en Nueva York; el edificio Australia Square (1961-1967) en Sídney, con la colaboración de Harry Seidler; el edificio Plaza Victoria (1962-1966) en Montreal, en colaboración con Luigi Moretti; o la Catedral de Santa María (1966-1971) en San Francisco, en colaboración con Pietro Belluschi.









Fotografías de French+Tye Photographers



Rechazando la estética per se, para Nervi resolver la estructura aplicando las leyes de la estática garantiza la belleza. Los parámetros arquitectónicos, por tanto, se resumen en estructura, función y economía. “El modo de concebir las estructuras de hormigón armado que tenía Nervi es el de una fundamental unicidad de todo el organismo de soporte, al que nunca consideró como el viejo ‘esqueleto’, distinto del edificio, sino que es el edificio mismo”.



Texto entrecomillado extraído de: DESIDERI, P.; NERVI, P. L.; POSITANO, G.: Pier Luigi Nervi. Barcelona, Gustavo Gili, 1982, pág. 9.



Fotografías de Mario Carrieri-MAXXI, Matteo Cirenei, Marco Menghi, Jakob Straub, French+Tye Photographers y Docomomo Italia



https://pierluiginervi.org/

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1 Comentario
Imagen de Anónimo
El ingeniero que eclipsó a los arquitectos: Pier Luigi Nervi

hola me encantó este concepto. Estoy construyendo unas casas en Colombia y quisiera resolver unos elementos estructurales. Podríamos hablar?

gracias

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