El pequeño pueblo fue desalojado en 1984 para la construcción de un Complejo Hidroeléctrico en la zona andina de Venezuela.
Imagen antigua de Potosí
Imagen de los pobladores en 1958
El pueblo venezolano que lleva 30 años bajo la aguas, tras la sequía causada por El Niño ha dejado al descubierto las ruinas de este pueblo enclavado en los Andes venezolanos, Potosí.
Desapareció en los años ochenta, sumergido por la construcción de un complejo hidroeléctrico en el norte del estado Táchira, fronterizo con Colombia, a una altura de 1.185 metros sobre el nivel del mar.
Desalojado en 1984 para ceder espacio a la Central Hidroeléctrica Uribante-Caparo, que suministra energía a los estados andinos de Venezuela. Obra construida para dar funcionamiento al Complejo Hidroeléctrico Leonardo Ruiz Pineda.
Potosí se encuentra a casi 300 km de San Cristóbal, capital de Táchira, en la vía hacia Pregonero, el pueblo en el que fueron reubicados muchos de los habitantes desalojados por las obras de la hidroeléctrica.
Según testimonios de pobladores de la zona, entre los años 2009 y 2010 fue la primera vez, en que las ruinas de los puntos más altos – para muchos la fachada de la iglesia que actúa como referente para medir la sequía, quedaron en la superficie, esto debido a la llegada del fenómeno “El Niño”.
Durante los meses de sequía, los pobladores del norte tachirense visitan Potosí para acampar los fines de semana, e incluso celebrar bodas y bautizos, mientras algunas cabezas de ganado pastan en los predios.
Los visitantes acceden por tierra a la entrada del embalse La Honda, la represa más antigua del complejo.
Luego toman embarcaciones con capacidad para unas siete personas, que surcan las aguas del dique durante diez minutos hasta llegar a Potosí.
En el descampado donde alguna vez existió Potosí, se pueden observar ahora la fachada de una Iglesia, los restos del cementerio y lo que fueron viviendas en el pasado.
Imagen antigua de la iglesia en Potosí
Imagen de las ruinas actual de la iglesia en Potosí
La iglesia de Potosí. ahora se puede visitar, su estructura está deteriorada esto le da un aire misterioso, mientras que la erosión y los daños causados por el agua desgastaron por completo el edificio.Solo la torre, la cruz y la fachada de la iglesia sobreviven, todo lo demás ha desaparecido.
Cuentas los oriundos, que los trabajadores de la represa demolieron todo el pueblo, pero fue el templo lo único que quedo de pie, a pesar de los daños que puede causar los efectos de la dinamita que utilizaron en aquel tiempo.
Funcionarios de la compañía estatal Corpoelec, estiman que para recobrar hoy el nivel máximo del embalse La Honda tendría que llover durante 24 meses seguidos en la zona.
mágenes: © José Ramírez, Juan Tello,Clarín HD. P, El Nuevo Herald1, La patilla, Intrinseco y expectorante - blogger, http://www.tachira.gob.ve