Entrevistamos al estudio de arquitectura tinerfeño Equipo Olivares que nos presenta una de sus obras más representativas: CasaChris
CasaChris es uno de los proyectos de Equipo Olivares, estudio afiliado a nuesta Guía de Arquitectos Españoles de arquitecturayempresa (GAE). El proyecto ha resultado finalista como mejor obra construida en 2017, en la categoría de vivienda unifamiliar, en la web internacional de arquitectura archdaily.
El proyecto trató de sintetizar un exceso de servidumbres, derivadas tanto de la exigente topografía como de una estricta normativa, con una estrategia simple: un cuerpo compacto, limpio y pulcro, se asoma al Atlántico en su cara naciente y al panorama de las montañas de Anaga en su orientación oeste. Un volumen sencillo, de sección escalonada, que trata de posarse con naturalidad en la pendiente abancalada.
Situada en lo alto de una colina, en una urbanización residencial a la que se accede en coche, esta casa comienza por el garaje. Así que partimos valorando el ritual de acceso, la importancia de los recorridos que salvan la diferencia de cotas. Tras un rotundo muro de hormigón texturado, horadado por una expresiva puerta de chapa deployé, entramos a un jardín húmedo, de inspiración tropical, por el que se accede a la vivienda, y desde el que subimos a la planta superior mediante un paseo de bienvenida. Una rampa tendida, la roca basáltica preexistente, el verdor mojado y la luz cenital extendiéndose, son los elementos que nos acogen. Arriba, la arquitectura acompaña con una lectura luminosa: paramentos blancos, carpintería de madera, mármol de Carrara, hormigón.
El agua de lluvia se derrama por la piedra natural, colándose al interior por una rendija en el pavimento del patio; el sol entra matizado por celosías de listones de morera; los bancos-barandillas segregan las visuales dejando solo el horizonte azul. Y en la parte alta, al final del camino, el último bancal –al amparo de un volado que ofrece una sombra generosa‐ es una terraza en un jardín de cardones, tabaibas y chumberas, una parte del paisaje del lugar.
¿Cómo fueron los inicios antes de crear su propio estudio de arquitectura? ¿Han colaborado con algún estudio de arquitectura importante?
Por mi parte (Javier Pérez-Alcalde) estudié arquitectura técnica en La Laguna. Una vez terminada me desplacé a Las Palmas para seguir con arquitectura y, durante los estudios, trabajé como aparejador y -a medida que fui avanzando en la carrera- arquitecto colaborador en el estudio de Magüi González. Participé igualmente en algunos proyectos en colaboración con Carlos A. Schwartz, ambos profesionales canarios de cierto prestigio y diferente generación.
Decidí montar mi propio estudio sobre el año 1999 y alrededor de 2003 se incorpora Fernando Aguarta (tras un par de años trabajando en la administración), primero como colaborador y más tarde como socio. Desde los inicios trabaja con nosotros el aparejador José F. Martínez.
¿Cómo definiríais vuestra arquitectura? ¿Existe una cualidad común que la identifica?
Primordialmente nos interesa la contención, tratar de encontrar lo esencial dentro de la amalgama de servidumbres, dudas e intuiciones; y en esa línea solemos atender a cuestiones eternas o, dicho de otro modo, atemporales: a la luz, al ritual del recorrido, a la textura de los materiales o a su tacto. Del mismo modo que nos inspira la gente que no grita, suele emocionarnos la arquitectura que no precisa elevar la voz para expresar su parecer, que utiliza una paleta reducida de materiales y juega con los rudimentos básicos. La arquitectura es para ser usada y sentida, de modo que aspiramos a no comprometerla con caprichos formales y a enriquecerla con lo que no se ve, con lo que, con suerte, puede llegar a emocionar.
A la hora de relacionaros con las empresas, ¿Qué nivel de acuerdo existe entre las propuestas iniciales y los resultados? ¿Han funcionado correctamente las primeras hipótesis o es la empresa la que os aporta la solución óptima?
Nuestro proceso es bastante artesanal y suele ser coincidente en los diferentes proyectos. Así, con independencia de la escala, la normativa o los requerimientos del promotor, solemos partir de un comienzo tan intuitivo como razonado, buscando la esencia del proyecto sin menoscabar su uso y sin olvidar que la arquitectura no es escultura, aunque pueda beber de similares fuentes. De modo que los aspectos constructivos, estructurales o la adecuación de las instalaciones forman parte del debate desde el origen y solemos trabajarlas paralelamente. Así, las empresas colaboradoras se incorporan con naturalidad y logramos que sintonicen sin mayores problemas.
¿En qué momento se encuentra el Estudio tras el paso de la crisis?
Parece que ya vamos asomando la cabeza, sí: la crisis ha sido rigurosa y ha supuesto un gran esfuerzo mantener los criterios y persistir, cuando han venido mal dadas, en las ideas que nos animan el espíritu mas no la cuenta corriente. Así, tras la travesía desértica queremos creer que el hecho de mantener la firmeza -y no haber trabajado en lo que no creíamos-, nos va permitiendo atisbar la verdura. En todo caso, en esta profesión todo va tan lento, y es tan compleja la maquinaria económica y administrativa, que mejor ser prudente y limitarse, como siempre, a disfrutar de las pequeñas batallas diarias.
¿Cuál es el último proyecto en el que estáis trabajando?
En la actualidad construimos dos obras de pequeña escala (una vivienda unifamiliar aislada en una ladera y un bar-terraza en la llamada “Milla de Oro” del principal centro turístico de la isla). Asimismo estamos desarrollando algún proyecto residencial privado, dos trabajos muy estimulantes de renovación hotelera y una pequeña intervención en un museo del norte de la isla: allí debemos convivir con una vivienda solariega del S. XVIII, lo cual supone un reto particularmente seductor.
¿Qué opinión tiene sobre nuestra plataforma arquitecturayempresa?
Muy interesante, sin duda. En tiempos en los que nuestras principales referencias vienen a través de la red, contar con plataformas que muestren trabajos relevantes así como aspectos técnicos, aportaciones constructivas o relacionen empresas del sector nos parece una herramienta fundamental.
Fotografías de José Oller