El equipo de diseño Youji No Shiro de Hibinosekkei, un equipo de diseño arquitectónico especializado en espacios para niños, crea una escuela infantil donde la conexión con la naturaleza y el aprendizaje natural marcan la línea de la obra
El proyecto se localiza en medio de una zona rural en las estribaciones del Monte Kirishima en la localidad de Miyakonojo, Prefectura de Miyazaki (Japón). Una institución firmemente arraigada en la mente de los lugareños por lo que la mayoría de los padres de los niños que asisten a sus clases son exalumnos. Inspirándose en este ciclo, el equipo de arquitectos Youji No Shiro de Hibinosekkei escogió "conexión" como lema del diseño.
En los últimos 30 años, el edificio existente se ha expandido y renovado en varias ocasiones, pero, a pesar de ello, nunca ha llegado a convertirse en el entorno ideal que se requiere para la educación de los niños en la actualidad.
Después de la demolición del antiguo edificio, el diseño de Youji No Shiro se formuló adecuadamente definiendo las áreas destinadas a diferentes propósitos de aprendizaje, juego, alimentación y ejercicio.
Se conservaron cuatro viejos grandes árboles preexistentes en la parcela, y se plantaron cedros y cipreses Hinoki de Miyazaki para conectar el jardín de infantil con la comunidad y la naturaleza local. Estos árboles son visibles desde todas las salas de la edificación, por lo que, al diseñar el edificio con ellos en el centro, se establece una conexión visual entre las habitaciones, los árboles y los estudiantes.
La escalera de emergencia se extiende desde el segundo piso hasta las ramas de los grandes árboles, haciendo posible que los niños las sientan de cerca y, por lo tanto, creen un ambiente lúdico con los diferentes elementos, evitando al mismo tiempo la necesidad de equipos de juego artificiales.
Junto a la vegetación, la colina, los grandes árboles y dos zonas de agua bien diferenciadas, se consigue una zona de juego natural que evoluciona según las estaciones cambian, y estimula la creatividad de los infantes.
El interiorismo destaca por una tendencia minimalista que deja expresar la imaginación de los niños y crear funciones de manera natural en cada uno de los espacios. Al segregar adecuadamente los espacios según el uso, los niños son capaces de identificar, pensar, aprender y evaluar cómo actuar y comportarse en cada lugar.
Así mismo, el uso de grandes ventanales abatibles juega un papel importante para la conexión del niño con la naturaleza, tanto a nivel lúdico como educativo, una sencilla elección constructiva que elimina las barreras entre los espacios interiores y exteriores.
Escrito por María José Sanz desde YOKOHAMA
Fotografías de Studio BAUHAUS