El estudio de arquitectura interior YSG.STUDIO, liderado por Yasmine Saleh Ghoniem, es el encargado del proyecto del nuevo espacio insignia para la firma australiana Cultiver, una empresa dedicada a los accesorios del hogar con el más exquisito diseño
Un total de 225 metros cuadrados dan cabida al Showroom de la firma australiana Cultiver en la localidad de St. Leonards, Australia. Un espacio dedicado a los accesorios para el hogar que se exponen sobre un lienzo de diseño ecléctico, un lugar inspirado principalmente en la arquitectura italiana de sus villas tradicionales, junto a sutiles referencias orgánicas del arte antipodeano.
La nueva sala de exhibición requería de zonas para que los clientes experimentasen los productos de la firma en circunstancias lo más realistas posibles: ropa de cama, manteles, servilletas, cojines, toallas de baño y ropa de salón; demostrando así la facilidad con la que sus colecciones se pueden mezclar ilimitadamente y sin problemas.
El espacio necesitaba también de áreas integradas para que el personal trabajase y se relacionase con los clientes, además de un espacio dedicado para el almacenamiento y la distribución de existencias.
Estéticamente, el principal concepto del proyecto era el de conseguir un impacto de color, capaz de levantar el estado de ánimo de los visitantes a la exposición. Un concepto que va en paralelo a la filosofía de la empresa, y que consigue un espacio diseñado con un toque de lujo que invita a la interacción con los productos en todo momento.
Además, debido a la morfología propia del espacio, y teniendo en cuenta también las restricciones que marcaba el presupuesto, el equipo de diseño de YSG.STUDIO optó por un espacio abierto y continuo, el cual destaca por sus detalles y referencias a logias italianas, con columnatas arqueadas y suelos de mármol a modo de tablero de ajedrez bordeado.
Cada baldosa veteada fue pintada a mano sobre una base de hormigón pulido, obra de Creative Finishes, una de las compañías colaboradoras en el proyecto. Al eliminar una pared y una de las puertas para unir dos habitaciones, el hueco fue sustituido por un arco lobulado simple que reemplazó la severidad de los retornos en ángulo recto originales. Por el contrario, la cocina existente se renovó con la adición de carpintería de color gris/azulado y lineas simples y minimalistas, un elemento con referencias más actuales que es equilibrado mediante la adición de un salpicadero más elaborado, el cual ha sido personalizado con una impresión texturizada de hojas de árboles nativos.
La gama de color del espacio se mantiene dentro de tonalidades neutras, naturales y tenues que inspiran calma y relajación, al mismo tiempo que dan cabida a ser combinados perfectamente con la línea de productos de la firma Cultiver, entre los cuales destacan su linea de tejidos socialmente responsables y certificados.
Fotografía de Prue Ruscoe