House in Darlinghurst, materialidad y paisaje urbano. Tribe StudioHouse in Darlinghurst es un ejemplo de reinterpretación coherente del patrimonio arquitectónico por parte de la arquitecta Hannah Tribe, que reutiliza una vieja subestación eléctrica para crear una vivienda unifamiliar donde los juegos de luces se convierten en una oda al antiguo uso del edificio
La preexistencia era un edificio de ladrillo caravista de tan solo 50 m2 de huella en planta, situado en la esquina de un callejón en el corazón de un suburbio del interior de Sydney, rodeado de casas victorianas y georgianas. La antigua subestación eléctrica, que fue convertida anteriormente en un edificio de oficinas de dos pisos, recupera en esta intervención parte de su pasado industrial, haciendo un guiño a su uso original, convirtiéndose en un nuevo hito que adquiere presencia en la imagen nocturna del barrio, gracias a la original reinterpretación de la materialidad de la fachada.
El característico ladrillo rojo del cerramiento original, material predominante en la imagen urbana del entorno próximo de la vivienda, se preserva, con añadidos que aplican un nuevo lenguaje contemporáneo, estableciendo un correcto diálogo entre lo viejo y lo nuevo, entre lo industrial y lo doméstico.
Algunos huecos se cubren en su totalidad o en su mayor parte con una celosía cerámica, que utiliza un formato similar al original y la misma materialidad, creando perforaciones que permiten la entrada de luz, a modo brise-soleil, las cuales crean una visión velada interior y exterior, preservando la intimidad de los habitantes, a la vez que ofrecen un juego de luces y sombras que anima el ambiente interior.
Esta solución se combina con otros materiales que aportan nuevas texturas a la fachada, como es la chapa metálica, que mantiene la misma paleta de colores, lisa, como en el acceso, o perforada, utilizada en los huecos de la planta baja.
Entre todas estas soluciones, la protagonista es la fábrica de ladrillo de vidrio veneciano, importado de Italia, utilizada en el antepecho de la cubierta, que resuelve la coronación de la fachada, elevándola para ejercer de elemento de protección de la planta de cubierta, donde se sitúa la piscina, que disfruta de la presencia del arbolado de gran porte existente en las inmediaciones, viejos eucaliptos que caen sobre la misma.
El vidrio semitranslúcido crea juegos de luz durante el día, reflectando la luz que incide en los mismos, como durante la noche, brillando en la oscuridad gracias a la luz procedente del interior de la vivienda, contribuyendo a la transformación visual al paisaje urbano del barrio, rememorando el uso original el edificio.
En el interior, la vivienda alberga un garaje en planta baja, espacios de día, situados en la última planta, conectados con la terraza y la piscina de la cubierta, y 3 dormitorios con sus respectivos baños, situados en planta primera.
Los distintos niveles están conectados por una escalera lineal que discurre en paralelo a la medianera, resuelta con malla de acero calada, que de nuevo crea un velo que permite una visión velada entre las distintas plantas, así como el paso de la luz.
Los espacios son diáfanos, abiertos y luminosos, compensando de ese modo la reducida dimensión de la planta del edificio, junto con otros artificios, como el uso de los espejos y los colores claros que potencian la sensación de amplitud.
Imágenes de Katherine Lu
