El proyecto, de Studio Zhu Pei, refleja la cultura local de construcción reutilizando los ladrillos de mampostería de los antiguos hornos cerámicos
Fotografía de Schran Image
La ciudad de Jingdezhen es conocida como la "Capital de la porcelana": lleva + 1.700 años produciendo y exportando sus productos cerámicos.
En su centro histórico se sitúa el Imperial Kiln Museum, adyacente a las ruinas del Horno Imperial de los ceramistas durante la dinastía Ming. Tanto la ciudad como su urbanismo han evolucionado en torno a la industria de la porcelana. Todas sus calles principales siempre han estado junto con el río Chang para para transportar los productos.
Fotografía de Schran Image
El museo está compuesto por más de media docena de bóvedas de ladrillo de diferente tamaño, curvatura y longitud inspiradas en la forma de los hornos tradicionales.
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A vista de pájaro, el edificio es como un conjunto de vasijas. Las bóvedas se adaptan de manera natural al sitio, integrándose cuidadosamente entre las ruinas existentes (algunas de ellas descubiertas durante la ejecución), rodeadas de patios, vegetación o láminas de agua.
Fotografías de Fangfang Tian
Utilizando la misma técnica constructiva, cada bóveda está formada por muros curvos de ladrillo de mampostería de 2 capas que sirven de encofrado para el hormigón.
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En Jingdezhen es habitual utilizar ladrillos de horno reciclados para construir una casa porque los hornos deben demolerse cada dos o tres años para mantener un cierto rendimiento térmico. En el museo, los ladrillos de horno viejos reciclados se mezclan con ladrillos nuevos para reflejar la cultura local de construcción.
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El resultado es un conjunto de bóvedas ligeras que generan espacios muy luminosos, íntimos a y con cierta monumentalidad. Cubiertas de diferentes proporciones que albergan un auditorio, una biblioteca y una cafetería.
Fotografía de Schran Image
Studio Zhu Pei
Fotografías de Schran Image, Fangfang Tian