Precisamente la fachada de este Centro multideportivo de Torrelodones está revestida de un entramado de madera acetilada ACCOYA®, que los arquitectos de Díaz Doncel eligieron debido a sus virtudes de resistencia en exterior y de estética, ya que aporta un aire natural a la edificación
El proyecto nace a raíz de un concurso convocado por parte del Ayuntamiento de Torrelodones que consistía en organizar dentro de un solar con una gran pendiente y de dimensiones muy ajustadas, un terreno de juego que permitiera la práctica del fútbol y del rugby acompañado de un edificio anexo de vestuarios.
La superficie destinada al campo de futbol-rugby de nuestra propuesta se ajustó para que fuera la mayor posible y, dentro de una lógica de optimización de recursos y de integración ambiental, la plataforma horizontal se estableció en un nivel intermedio de la parcela. Esto ha permitido equilibrar el movimiento de tierras.
Precisamente la fachada de este edificio está revestida de un entramado de madera acetilada ACCOYA®, que los arquitectos de Díaz Doncel eligieron debido a sus virtudes de resistencia en exterior y de estética, ya que aporta un aire natural a la edificación.
Además de las características específicas de la madera ACCOYA® para dotar de calidad, resistencia y elegancia a los proyectos en exterior, los responsables también confiaron en esta madera sostenible para la construcción de los bancos del interior del vestuario.
El edificio principal ocupa la parte alta de la parcela, única zona edificable, y sirve de contención de la zona excavada. Su cubierta alberga las plazas de aparcamiento necesarias y una zona ajardinada. La distribución de usos en el interior se desarrolla en rampa, descendiendo a través del túnel de vestuarios hasta el nivel del campo.
La entrada del público desde la calle, se realiza igualmente a través de una rampa, por lo que no ha sido necesario instalar ningún ascensor en todo el conjunto. Sobre este lateral se dispone una zona de graderío que sirve de transición entre el nivel de acceso al edificio y el terreno de juego. La fachada principal se resuelve alternando paños de hormigón visto, vidrio y un entramado de madera especialmente tratada para exteriores, que además de una función protectora ayuda a dotar al conjunto de una imagen natural.
La concepción de un edificio enterrado, fuertemente aislado en cubierta y con una única fachada expuesta con orientación Sur, favorece la reducción de la demanda energética del conjunto. Estas medidas pasivas se complementan con la implantación de lucernarios que dotan de luz natural a todos los espacios, con un sistema de geotermia que sirve de apoyo a la producción de agua caliente y equipos de ventilación y climatización de alta eficiencia energética.