El estudio francés Dominique Lyon Architectes plantea para el complejo deportivo de Asnières-sur-Seine un gimnasio elevado del suelo, dejando el espacio inferior para usos comunitarios de tipo cultural, deportivo y ocio
Una de las obras más conocidas de Dominique Lyon es la mediateca de Lons-le-Saunier, proyectada junto a Pierre du Besset, con el que estuvo asociado de 1988 a 2015. A partir del año 2016 creó el estudio Dominique Lyon Architectes, con sede en París, desde donde desarrolla su trabajo profesional.
Una de las últimas obras realizadas por el despacho ha sido el complejo deportivo de Asnières-sur-Seine. A partir de resultar ganadores en el concurso convocado en 2011, el proyecto ha sido desarrollado en varias fases, siendo inaugurado, definitivamente, en septiembre de 2019.
El complejo cuenta con un estadio de fútbol con tribuna para 300 espectadores, una pista de atletismo anexa y un gimnasio con capacidad para 1000 personas, todos ellos de funcionamiento independiente. Toda la actuación forma parte del programa de renovación del área de Hauts d'Asnières. La cercanía con el entorno edificado motivó la generación de una arquitectura deportiva mucho más comprometida con el tejido urbano.
En lugar de un gran contenedor que pudiera taponar y obstaculizar el tránsito y las vistas, el volumen del gimnasio se alza sobre el suelo, desarrollando su programa en un nivel superior. La planta baja de la edificación revierte a la ciudadanía, ofreciendo múltiples posibilidades.
Las escaleras necesarias para el acceso y la evacuación del gimnasio propiamente dicho se transforman en un graderío, convirtiendo el espacio inferior en una gran sala multifuncional, un espacio capaz de acoger todo tipo de actividades lúdicas o deportivas.
La instalación de una pantalla posibilita la retransmisión de eventos deportivos o la proyección de películas. El contacto directo con la calle permite su uso como un auditorio para las fiestas del barrio o la organización de actos culturales. Junto a esta sala y también bajo el gimnasio, un espacio a cubierto se ha acondicionado como pista de baloncesto.
En lo alto, el gimnasio se convierte en una gran caja transparente, donde se ha matizado la entrada de luz, que permite una visión panorámica de la ciudad. Una perspectiva diferente que genera la ilusión entre los espectadores de que los jugadores compiten entre las nubes.
Desde el exterior, la transparencia de la caja muestra, sin pudor, el desarrollo de la actividad física interior. La evolución de las competiciones y el ánimo de los espectadores se percibe directamente desde la calle.
Dentro del entorno, el perfil de la edificación se alza sobre la pista de atletismo. Su posición, dando frente al bulevar de la Redoute y como fondo del estadio, lo convierte en un elemento emblemático, foco de numerosas visuales.
El gran acierto de la intervención de Dominique Lyon ha sido la integración del complejo deportivo dentro de la vida social del tejido urbano adyacente. La vinculación del espacio multifuncional inferior con la calle facilita la interactuación y la apropiación de los habitantes de la zona. En lugar de un contenedor vacío y cerrado cuando no hay competiciones, Lyon propone un lugar de encuentro de múltiples posibilidades.
Fotografías de Dominique Lyon Architectes