Yuichi Kodai y Lee Yoshitaka, arquitectos del estudio japonés Sandwich, son los creadores de Kyodo House, una casa situada en Tokio, que apuesta por la sostenibilidad en su diseño, en los materiales escogidos y en las soluciones energéticas empleadas.
La casa se caracteriza por estar compuesta por volúmenes superpuestos que se desplazan, interrumpen o giran en cada una de sus plantas. Cuenta con un sótano, planta baja, planta primera, y un altillo que se eleva sobre uno de los cuerpos de la última planta.
El sótano cuenta tan sólo con un espacio plurifuncional que da servicio a la vivienda, puede servir tanto de dormitorio adicional como para desarrollar actividades diversas.
La planta baja es la de mayor dimensión. En ella se encuentra el acceso principal, que da acceso a un hall que comunica con un espacio diáfano a doble altura donde se encuentra el salón comedor y la cocina, con una inmensa estantería anexa a la escalera, que se extiende hasta la planta superior ejerciendo de elemento conector entre niveles. El salón comunica con el exterior, prolongándose a través de una superficie acristalada hacia él, gracias a la existencia de una estrecha terraza al aire libre.
El resto del área de la planta baja lo ocupan un baño, con dos cabinas independientes, una para el inodoro y otra para la ducha y el lavabo, y espacios de almacenamiento.
En la planta primera, cuya huella coincide con la mitad de la planta inferior, se disponen tres dormitorios, una cabina con un segundo inodoro, y nuevos espacios de almacenamiento.
Imágenes: Birgitta Wolfgang
El corredor comunica, justo en el punto de desembarco de la escalera, con una terraza exterior transitable, con panorámicas del barrio, donde se encuentra un volumen independiente de dos alturas, a modo de torre, que contiene en planta baja un estudio y en la superior un salón de té.
Imagen: Birgitta Wolfgang
Los volúmenes que conforman la vivienda están diseñados para conseguir el máximo partido de la energía natural y las fuerzas de la naturaleza, sistemas pasivos de climatización interior, colocando los espacios de vida al sur y los de servicio al norte. La sala de estar dispone de un cerramiento acristalado orientado al sur para aprovechar al máximo el soleamiento. En invierno, el aire se calienta gracias a la luz del sol y se extiende por todo el espacio interior, ascendiendo hacia la planta superior gracias a la doble altura del salón. Además, la sala de té situada en la parte superior de la torre actúa como una chimenea, favoreciendo el flujo del aire caliente.
Este mismo sistema ayuda a eliminar el calor interior en verano, momento en que la familia utiliza la habitación del sótano como dormitorio, aprovechando el frescor natural de las estancias inferiores, bajo tierra.
En cuanto a los materiales, se apuesta por el reciclaje tanto en la composición de la fachada como en el mobiliario.
La fachada está constituida con maderas sobrantes de los aserraderos, a las cuales difícilmente se les da salida, aprovechando por tanto al máximo el material en stock y favoreciendo a su vez a la industria local. Se consigue una textura original y una imagen contemporánea del edificio.
Estas maderas, de tamaños, colores y grosores diversos, se cortan en listones que se ensamblan en obra, con un grado de inclinación establecido para proporcionar mayor movimiento a la fachada, creando la piel exterior del cerramiento.
A su vez, una mayor parte del mobiliario interior es de segunda mano, apostando nuevamente por la reutilización y el aprovechamiento de los materiales. Destaca por su originalidad un columpio para niños que cuelga de la doble altura del salón.
Imágenes: Nobutada Omote