La biblioteca y complejo comunitario Bargoonga Nganjin de Group GSA architects es un espacio plurifuncional, que aúna instalaciones para todos los grupos sociales y para todas las edades, que se integra con una arquitectura contemporánea en el contexto local existente, todo ello minimizando su al máximo su huella ambiental.
El edificio, inaugurado en abril de 2017, se encuentra en una complicada parcela en forma de cuña en St Georges Road, en North Fitzroy, en la ciudad de Yarra. En sus 2040 m2, distribuidos en tres niveles, incorpora una biblioteca, un centro de salud materno infantil y diversas instalaciones que dan servicio a la comunidad, como salas de reuniones, espacio para exposiciones, zonas para juegos en grupo, una área de atención al cliente o la más destacada del proyecto, una gran azotea ajardinada que, con su planta escalonada, ofrece espacios de estudio, retiro y relación al aire libre en las dos plantas superiores.
El diseño del edificio y la forma de concebir sus espacios consiguen sacar el máximo partido a la complicada parcela, cuya geometría le proporciona dos grandes fachadas con orientación este y oeste, quedando el extremo delgado de la cuña orientado a norte.
El acceso principal al edificio se produce en el lado sur de la fachada este.
Un gran mostrador domina el amplio hall de entrada, que ejerce de elemento de distribución, conectando con la biblioteca y con el núcleo de circulación vertical.
La biblioteca se distribuye en dos niveles, ocupa la mayor parte de la planta baja del edificio, donde se encuentran las estanterías de libros, espacio de doble altura, gracias al escalonamiento de la terraza, conectado visualmente con la sala de estudio y lectura situada en la banda oeste de la primera planta, que dispone de espacios de trabajo en grupos reducidos independientes de la sala diáfana principal.
El primer piso también cuenta con las instalaciones dedicadas a la salud materno infantil. Estos espacios disfrutan de la terraza al aire libre que comienza en este nivel y que permite la planificación de actividades alternativas y lúdicas para niños y mayores.
En el segundo encontramos otras instalaciones como espacios de oficina y salas de reuniones en régimen de alquiler o un comedor comunitario, volcando todo ello hacia la gran azotea ajardinada que domina la planta en este nivel.
La materialidad del edificio destaca por una parte por apostar por la sostenibilidad, utilizando como uno de los materiales protagonistas el ladrillo cerámico reciclado de origen local, presente tanto en los acabados exteriores como interiores, y por otra parte por la disposición de una doble piel de planchas de latón perforado que garantiza el control lumínico de los espacios interiores, tamizando la luz procedente de las dos orientaciones principales.
Las planchas metálicas perforadas siguen patrones inspirados en los tamices naturales proporcionados por la vegetación de los parques cercanos, por las copas del arbolado de gran porte. A su vez, el diámetro de las perforaciones está estudiado para no provocar efectos sonoros debido al paso del viento a su través.
La textura que ofrece el ladrillo rojo tradicional en contraste con la chapa proporcionan calidad compositiva a la fachada y consigue integrar el edificio en su entorno próximo.
El edificio destaca a su vez por apostar por la sostenibilidad y la eficiencia energética. Además de la doble piel para el control lumínico, evitando el sobrecalentamiento de los espacios interiores, dispone de paneles solares que proporcionan hasta 12,5 kilovatios de potencia, y todas las instalaciones son de bajo consumo.
Es necesario resaltar también el sistema de recolección de agua de lluvia en tanques de almacenamiento ubicados en el sótano, para su posterior reutilización en todo el edificio, así como un sistema de riego automático de las zonas ajardinadas exteriores con sensores de humedad, optimizando el consumo de agua.
Imágenes: Tom Hutton