María Langarita y Víctor Navarro lideran desde 2005 su estudio madrileño, Langarita-Navarro Arquitectos, desde donde desarrollan sus trabajos, proyectos caracterizados por su originalidad e innovación arquitectónica, contando en su breve trayectoria con prestigiosos premios y reconocimientos nacionales e internacionales.
En cuanto a sus proyectos residenciales, cuentan con tres singulares casas unifamiliares de gran repercusión, la Casa Fx, de 2007, la Casa Doble, de 2009, y la Casa Baladrar, de 2013. Todas ellas se caracterizan por su singular geometría, que se adapta al lugar, a la climatología y a las necesidades particulares de sus usuarios, en ocasiones cambiantes de forma estacional. También destaca su interés por la eficiencia energética, apostando por los sistemas de ahorro pasivos de energía y el aprovechamiento de la luz natural y de la inercia térmica de los materiales empleados.
Casa Doble
Casa Baladrar
Fotografía: Luis Díaz Díaz
Otra de sus obras más relevantes es Lolita, en Zaragoza, de 2009, donde consiguen transformar el concepto tradicional de un restaurante de carretera, en una infraestructura flexible y versátil que funciona como restaurante y salón para todo tipo de eventos.
Fotografía: Miguel de Guzmán
Cuentan también con algunos proyectos de diseño de interiores, como la tienda Lefrik, en Malasaña, Madrid, de 2016, así como sus "expositores transformables" del proyecto Trinkhalle para el mercado de San Antón, de 2013, que pueden dar servicio a distintos espacios interiores con carácter itinerante o nómada.
Tienda Lefrik. Fotografía: Luis Díaz Díaz
Trinkhalle.
Muchos de sus proyectos son intervenciones destacadas en edificios existentes, ya sean de carácter efímero o permanente. Algunos crean espacios expositivos de diversa índole, como la instalación urbana Led Action Façade en la medianera de las Serrerías Belgas de Madrid, de 2009, o el diseño para la exposición de Alejandro Magno para el Canal de Isabel II en Madrid, de 2011.
Exposición Alejandro. Fotografía: Luis Díaz Díaz
Otros proyectos adaptan espacios existentes a las necesidades de programas efímeros, como la transformación de la Nave 15 del Matadero de Madrid como sede de la Red Bull Music Academy, en 2011, o la adaptación de la Serrería Belga para sede de Centro Medialab-Prado en Madrid, de 2013. En estos casos los proyectos se basan en el respeto a los edificios, utilizando estructuras ligeras, articuladas, desmontables, que permitan su rápida y sencilla adaptación o modificación sin condicionar actuaciones futuras en los mismos.
Red Bull Music Academy. Fotografía: Luis Díaz Díaz
Centro Medialab-Prado. Fotografía: Miguel de Guzmán
Hay que destacar también su intervención en el antiguo depósito de aguas del Matadero de Madrid, utilizado como hito en el acceso al recinto desde la plaza de Legazpi, convirtiéndolo en expositor de las especies que habitan en el entorno del lugar.
Fotografía: Miguel de Guzmán
Estos y otros proyectos han sido difundidos en numerosas publicaciones y exposiciones, que catapultan a estos jóvenes arquitectos como futuras promesas de la arquitectura española.