Las Pagodas, diseñadas por OOIIO Arquitectura cerca de Madrid, reinterpretan la vivienda unifamiliar introduciendo escénicas pérgolas que definen la expresión singular del habitar en un contexto urbanístico homogéneo
Situadas en el paisaje casi monocorde de la urbanización Monte de La Villa, en Villaviciosa de Odón, cerca de Madrid, irrumpen estas dos viviendas pareadas.
La urbanización, caracterizada por un crecimiento acelerado y homogéneo, con viviendas unifamiliares repetidas en serie obra de distintas promotoras, ofrece a sus habitantes la promesa de un retiro tranquilo cerca de Madrid. Sin embargo, este mismo patrón de repetición conduce a un paisaje doméstico sin matices, donde la identidad individual se diluye entre fachadas clónicas y jardines estandarizados. Fue en este contexto donde unos hermanos adquirieron parcelas adyacentes para construir dos viviendas gemelas pero con carácter propio, encargando el proyecto al estudio OOIIO Arquitectura.
El encargo partía de un programa funcional clásico, dos viviendas familiares con jardín, grandes espacios sociales y máxima conexión entre el exterior y el interior. La normativa estricta de la urbanización reducía las posibilidades formales y volumétricas, fomentando la seriación y la monotonía. Frente a estos condicionantes, los arquitectos de OOIIO Arquitectura, optaron por una estrategia de contención inteligente, creando dos volúmenes rectangulares puros, optimizados en planta y sección, que permiten un control absoluto del coste y una ejecución sencilla.
Pero la verdadera innovación emerge con la introducción de las pérgolas. Estos elementos se convierten en la característica principal del proyecto, extendiéndose sobre los jardines como si de unas alas ligeras se tratara. Este gesto, tan sencillo como radical, recuerda las cubiertas inclinadas de una pagoda oriental, definiendo la la imagen exterior de las casas, y al mismo tiempo, aportando una estrategia climática consciente.
Las estructuras quebradas han sido diseñadas para atenuar la fuerte radiación solar madrileña, generando sombras profundas sobre las fachadas y modulando el confort térmico interior. En un contexto de creciente sensibilidad energética, estas pérgolas se convierten en la herramienta pasiva clave para reducir el consumo energético de climatización y mejorar la calidad ambiental.
Además de su función técnica, las pérgolas definen la identidad arquitectónica del conjunto. Su geometría fragmentada y su proyección horizontal otorgan a las viviendas un aire casi escénico. Este lenguaje formal introduce movimiento y plasticidad en un entorno rígido y plano, rompiendo la repetición y generando una experiencia visual y espacial diferente tanto desde el exterior como en el interior de las casas.
La implementación de estas grandes viseras posibilita aperturas mayores y conexiones visuales fluidas. Destaca el gran ventanal de doble altura en el espacio central constituido por el salón, la cocina y el comedor. La cristalera baña el interior con la luz natural y potencia la continuidad visual con el jardín. Este recurso, impensable en el contexto normativo sin un adecuado control solar, transforma el espacio doméstico en un escenario luminoso, abierto y dinámico.
La materialidad, tanto interior como exterior, responde al deseo de los clientes por un ambiente cálido y natural. Se privilegian los tonos neutros y los materiales nobles como la piedra, la madera, y los colores crema y gris suaves, generando texturas acogedoras que refuerzan la sensación de refugio familiar. El diálogo con la vegetación del jardín se intensifica mediante la continuidad cromática y el uso de superficies que envejecen con dignidad.
A nivel constructivo, el proyecto destaca por su rigor técnico. La estructura se resuelve con soluciones sencillas, facilitando la viabilidad económica y minimizando las sorpresas de obra. Estas exigencias eran cruciales para la realización del proyecto, considerando su construcción en plena crisis de materiales y el aumento de costes exacerbado por la pandemia de la COVID-19.
Las Pagodas representan un manifiesto silencioso, en un entorno marcado por la estandarización y la presión del mercado, OOIIO Arquitectura logra insertar una pieza sencilla pero potente que reconfigura el paisaje doméstico. La protección solar, generalmente relegada a un papel secundario, se convierte en el núcleo conceptual y formal del proyecto. Se reinterpreta así el modo de habitar suburbano, proponiendo una vivienda que no solo se protege del sol, sino que abraza la sombra como estrategia de identidad.
Este proyecto nos recuerda la importancia de las estrategias pasivas y conscientes en la arquitectura residencial contemporánea, especialmente en contextos donde la normativa y el mercado tienden a uniformar el paisaje urbano. Las Pagodas demuestran que, incluso en la periferia anodina, es posible encontrar lugar para la poesía tectónica y la expresión singular de la arquitectura.
Escrito por Aina Pérez i Verge
Fotografías de OOIIO Arquitectura