Antes de su salida de Irán y la llegada de la revolución, el arquitecto Kamran Diba desarrolló, en la década de 1970, una obra moderna fuertemente enraizada en la arquitectura vernácula de su país
Gracias a la bonanza económica producida por el alza en el precio del petróleo y el aire de aperturismo, con una clara aproximación a Occidente, la década de 1970 supuso uno de los capítulos más interesantes en el desarrollo de la arquitectura moderna en Irán. Destaca, especialmente, la figura de Kamran Diba, que supo amalgamar la tradición islámica con referencias contemporáneas cercanas a la obra de Louis Kahn o José Luis Sert.
La importancia que presta al contexto sociocultural queda patente en el proyecto de la Universidad Jondi-Shapour en Ahvaz (1968-1978), denominada Shahid Chamran desde 1982. La reinterpretación de la arquitectura islámica tradicional se produjo desde una óptica moderna. Las edificaciones del campus, resueltas como volúmenes descompuestos o fragmentados, se disponen dentro de una trama peatonal que incorpora secuencias de plazas, explanadas y patios. Sobresalen los edificios de la mezquita, el pabellón deportivo o la Unión de Estudiantes.
La rememoración de la tradición persa en el tratamiento de los jardines es uno de los puntos más destacados del centro cultural Niavaran (1970-1978), en Teherán. La edificación, que acoge un auditorio, una biblioteca y una sala de exposiciones, muestra en la yuxtaposición de elementos variados las funciones aglutinadas. Los distintos cuerpos se ubican alrededor de una plaza de acceso donde se incorporaron, de manera abstracta, los elementos clásicos del umbral, el agua, el puente o el parterre.
La actuación en Namaz Khaneh (1977-1978, Teherán) posee un carácter mucho más escultórico. La pieza construida delimita un vacío destinado a la oración o la contemplación. La piel exterior protege, delimita y diferencia el interior, aislándolo de su entorno; mientras que el cerramiento interno busca la alineación perfecta para los rezos musulmanes.
La obra más significativa que construyó Kamran Diba en Teherán fue el Museo de Arte Contemporáneo (1969-1977), siendo, así mismo, asesor para la adquisición de la colección e, incluso, su director.
Evitando la construcción de un edificio compacto o masivo, el museo se desmembra en salas y espacios expositivos individualizados que se engarzan en un recorrido continuo que empieza y acaba en el gran cuerpo de acceso. Desde diferentes niveles, en ese mismo punto, se puede acceder tanto a los espacios culturales como a las áreas administrativas.
Siguiendo patrones geométricos, como la lacería o el ataurique, la edificación se compone de unidades fácilmente identificables, que se van repitiendo. Las galerías se forman a partir de la unión de espacios basilicales con ábsides cilíndricos y cubiertas de bóvedas de cuarto de cañón, como grandes lucernarios lineales.
Toda la circulación entre las diferentes salas se realiza de manera fluida, suprimiendo el uso de escaleras a favor de la incorporación de un sistema de rampas.
La materialidad exterior del museo juega con los colores y texturas contrapuestas del revestimiento pétreo y el hormigón visto, el aspecto lineal del encofrado frente a la irregularidad poliédrica de la fábrica de piedra, o el carácter moldeable del hormigón frente al aspecto facetado de los mampuestos.
El movimiento revolucionario que llevó al derrocamiento del sah en 1979, forzó la salida de Kamran Diba de Irán. Tras trabajar en Londres y Washington, se exilió definitivamente en París, con estancias en la Costa del Sol, donde ha recibido diversos encargos. La obra de Diba ha quedado como símbolo de lo que Irán quiso ser pero no pudo alcanzar.
Kamran Diba
Fotografías de Kamran Diba.
Fotografía de portada de Studio RA Designs