GRANDES MAESTROS

Neoplasticismo brutalista: la maison Urvater de André Jacqmain

Uno de los ejemplos más destacados de la arquitectura residencial belga de posguerra es la maison Urvater, diseñada por André Jacqmain en una estética brutalista de marcado carácter escultórico.

Neoplasticismo brutalista: la maison Urvater de André JacqmainNeoplasticismo brutalista: la maison Urvater de André Jacqmain

Share This

  • linkedin
  • google+

Uno de los ejemplos más destacados de la arquitectura residencial belga de posguerra es la maison Urvater, diseñada por André Jacqmain en una estética brutalista de marcado carácter escultórico.


André Jacqmain (1921-2014) forma junto a Charles Vandenhove y Lucien Kroll el trío de arquitectos belgas más destacado de la década de 1960. Asociado, inicialmente, con el diseñador Jules Wabbes (1919-1974), su obra evoluciona desde los postulados funcionalistas hacia cierto brutalismo, para acabar desembocando en el posmodernismo. De su etapa inicial destaca la arquitectura residencial, con la maison Urvater (1958-1960) como su mejor ejemplo.







La casa fue construida para Joseph-Berthold Urvater, un empresario del mundo de los diamantes, que junto a su esposa Gaëtane (Gigi) Consiglio, fue atesorando una importante colección artística con obras de la vanguardia, el surrealismo, el informalismo o el grupo COBRA. Precisamente para acoger esa colección, encargó a André Jacqmain, que aún no había cumplido los 40 años, la construcción de su casa-museo.





La edificación se encuentra a las afueras de Bruselas, en Rhode-Saint-Genèse. La casa se posicionó en el lado norte de una parcela con ligera pendiente, donde la vivienda quedó parcialmente encajada orientada hacia el sur.







Se estructuró en dos niveles, ocupando la galería de arte toda la planta inferior, mientras que los espacios habitables se dispusieron en la planta superior. Ambos ámbitos se comunican a través de una escalera ubicada en una posición centrada.







La idea inicial fue que cada cuadro ocupara una sola pared. A partir de las distintas dimensiones de las obras, Jacqmain se planteó el reto de diseñar 150 superficies expositivas, repartidas por la casa. Los cerramientos, particiones y separaciones se descomponen en fragmentos verticales de muros, que pautan y estructuran el recorrido expositivo.







Frente a la verticalidad de los elementos inferiores, por contraste, el cuerpo superior se planteó para que remarcara la horizontalidad. En esta parte de la casa, las obras expuestas, en número menor, eran piezas especiales para la familia.







El resultado espacial es un volumen descompuesto en fragmentos arquitectónicos que se individualizan y muestran su autonomía, se alargan y se diferencian por el uso del color y el material.





Los vanos inferiores son estrechos, y siguen la componente vertical de los muros, contrastando con respecto a las ventanas alargadas de la planta superior. Para mejorar las vistas, algunas de las estancias presentan sus esquinas completamente acristaladas.






Fotografías de Johann Thibaut



Este mismo diseño de contrastes se llevó hasta el acceso al interior de la parcela. Unos segmentos de muros de ladrillo, fragmentos de cubiertas planas y vigas, delimitan la entrada mediante un vano estrecho y una puerta para vehículos de mayor desarrollo horizontal.







Frente a la estética neoplástica insinuada en toda la intervención, el recurso a materiales variados (ladrillo, piedra, hormigón), dejando vistas sus texturas y colores, haciendo evidentes y expresivos sus fábricas y aparejos, acerca la obra al brutalismo de los años cincuenta.






Fotografías de Inventaris Onroerend Erfgoed



La fachada principal, fragmentada, es el resultado de un ensamblaje de variados elementos arquitectónicos, que otorgan a la vivienda un innegable efecto escultórico. Su posición lateralizada en un claro rodeado de árboles, posibilita una amplia panorámica y numerosas visuales, subrayando la idea de la casa como escultura en el jardín.










Fotografías de Sixten Sason



Los problemas económicos del propietario obligaron a la dispersión de la colección artística y a la venta de la casa en 1963, que pasó a ser ocupada por la Embajada del Congo. Una propuesta de demolición en el año 2003 levantó voces de alarma que frenaron la iniciativa. Afortunadamente, y poco antes de la muerte de André Jacqmain, el propio arquitecto pudo rehabilitarla para sus nuevos propietarios, también coleccionista de arte.




Fotografía de Patrick Goeman




Fotografía de Sixten Sason



Fotografías de Inventaris Onroerend Erfgoed, Johann Thibaut, Patrick Goeman y Sixten Sason

Añadir nuevo comentario

Plain text

  • No se permiten etiquetas HTML.
  • Las direcciones de las páginas web y las de correo se convierten en enlaces automáticamente.
  • Saltos automáticos de líneas y de párrafos.
CAPTCHA
Esta pregunta se hace para comprobar que es usted una persona real e impedir el envío automatizado de mensajes basura.