La Ciudad de México aparece en el Top 5 de las ciudades preferidas en 2021 para los nómadas digitalesLa llegada de nómadas digitales a una ciudad tiene implicaciones que van desde la apropiación temporal de barrios y edificios, la creación y desplazamiento de programas y actividades, el surgimiento de una arquitectura de corta estancia y hasta en la imagen que desde el exterior se tiene de ella.
En la actualidad es cada vez más común conocer gente cuyo ideal es combinar un estilo de vida que les permita trabajar con la seguridad de un salario mensual sin sacrificar los deseos de conocer el mundo y obtener nuevas experiencias. La figura del nómada digital busca aprovechar una infraestructura mínima de conexión a internet para intercambiar sus servicios o conocimientos de manera remota de forma tal que su trabajo no le obligue a estar anclado a un lugar específico. 
Fenómenos como la pandemia y los altos niveles de estrés en las etapas más duras de aislamiento, las posibilidades generalizadas de una conexión relativamente rápida al mundo global por medio de tecnología portátil y la curiosidad de experimental otras formas de vivir, entre muchas otras, son factores clave que provocan un mayor sentido de aventura y descubrimiento en jóvenes profesionistas o creadores de contenido en todo el mundo. Muchos de ellos emigran de ciudad o país buscando buen clima, aminorar costos y probar oportunidades de desarrollo en distintas áreas sobre todo en el trabajo creativo.
Desde hace ya algunos años, la Ciudad de México ha sido el punto de llegada de muchos nómadas digitales que buscan un lugar con mejor clima y gastos de vida mucho más asequibles (sobretodo para aquellos cuya paridad cambiaria con el peso mexicano les resulta benéfico por ejemplo el Euro o el Dólar estadunidense).
El turismo en general representó en 2021 alrededor de 8.3% del PIB nacional, lo cual explica en buena parte la decisión de no bloquear vuelos de ningún país en los momentos más álgidos de la pandemia. Esto no solo permitió a muchas personas regresar a sus lugares de residencia o reubicar eventos en tierras mexicanas, sino también que una gran cantidad de nomads vieran al país como un destino abierto para experimentar con un estilo de vida más relajado y a distancia.
Los habitantes de la Ciudad de México hemos notado las consecuencias que estos movimientos migratorios han tenido en la vida diaria de la ciudad. No todos son positivos o negativos, ni se trata de una aceptación o rechazo tajante, de hecho no es posible asegurar que estos aspectos estén exclusivamente relacionados con la migración, sino que en la mayor parte de ellos se encuentran posibilitados o limitados por condiciones preexistentes incluso antes del inicio de la pandemia.
Entre ellos se encuentra el encarecimiento de la vivienda y los montos de renta en la zona central de la ciudad debido al aumento de la demanda y al estancamiento de la oferta, así como una falta de regulación de tarifas. Los barrios o colonias que históricamente habían sido sede de influencias europeas en los siglos pasados materializadas en su arquitectura, por ejemplo a través de estilos como el Art Nouveau o Neoclásico, son los que ahora concentran una mayor cantidad de migrantes provenientes de Francia, España, Italia, Estados Unidos o Reino Unido. Entre ellos se encuentran la Colonia Condesa, Roma Sur y Norte, Colonia Juárez y en menor medida la Colonia Centro o Narvarte.
Si bien estos segmentos de la ciudad ya eran desde antes conocidos por la variedad de restaurantes, bares, centros culturales y lugares de entretenimiento, un fenómeno actual es el aumento en la diversificación de opciones gastronómicas, de pequeñas cafeterías donde trabajar por periodos largos de tiempo y espacios de coworking donde te aseguran disponibilidad de oficinas y salas de trabajo en conjunto con cabinas de grabación y edición de material audiovisual. En la actualidad se calcula que en la ciudad existe una oferta de aproximadamente 300 mil espacios de oficinas para coworking, alrededor de medio millón de metros cuadrados, todos o la mayoría con letreros en inglés y pago electrónico.
Sin embargo lo que podría ser una historia de éxito y de nuevas oportunidades de trabajo, en ocasiones surgen a partir del declive o sustitución de otras que formaban parte del cotidiano de la ciudad y que han sido desplazadas sino desaparecidas. Por ejemplo, antiguos restaurantes de barrio y edificios antiguos entrañables para los vecinos han visto cambiar su fisionomía para hacer espacio a hoteles destinados a los viajeros de larga estancia.
A la par de la transformación del paisaje urbano, uno de los temas más relevantes de los que se habla muy poco es la posibilidad de que al igual que los restaurantes o edificios con cierta tradición y memoria histórica, el sentido de comunidad creado a partir de generaciones de habitantes de una misma cuadra o calle también sea desplazado.
Proyectos de arquitectura creados ex profeso para viajeros, tales como Casa Tezontle diseñado por la oficina de arquitectura encabezada por Manuel Cervantes, comienzan a surgir en la ciudad y a destacar respecto al contexto urbano inmediato. Casa Tezontle se trata de un edificio de 22 niveles ubicado al sur del centro histórico de la ciudad, donde se le da una mayor preferencia a los espacios comunes que a los departamentos privados, los cuales llegar a tener áreas de apenas 33 metros cuadrados y servicios mínimos, es decir, una superficie donde cabe una recámara, baño sencillo y una cocina compacta.
Fotografía de Carlos Figueroa
También aparecen proyectos que buscan mezclar las tendencias de Co-living y Co-working, dirigido a personas cuya estancia será por periodos indeterminados de tiempo(tanto muy cortos como muy largos) y que no buscan en el corto plazo estabilidad en la residencia sino un sitio donde hacer los primeros contactos, que garanticen áreas de convivencia y trabajo dentro del mismo proyecto y les proporcionen un lugar amueblado con servicios. El caso del proyecto NIU Coliving del despacho CRAFT Arquitectos al sur de la ciudad es un ejemplo de ello.
Fotografía de Jaime Navarro
Fotografías de Jaime Navarro
Por último la llegada de personas desde el extranjero en una época de alto consumo de contenido en redes sociales también ha provocado un leve giro en la mirada y percepción que se tiene de la Ciudad de México en cada uno de los países originarios de los visitantes. Además la población local ha entendido cada vez más el valor de hablar y entender inglés en las zonas más demandadas y poco a poco las áreas turísticas se expanden más allá de las históricamente consolidadas.
Manuel Cervantes Estudio, CRAFT Arquitectos.
Fotografías por Jaime Navarro y Carlos Figueroa
