Para el Palacio de Justicia de Córdoba, Mecanoo Architecten genera un volumen compacto perforado por rasgaduras y vacíos, intentando rememorar el tejido urbano histórico y los tradicionales patios de la ciudad andaluza.
El edificio se ubica en el barrio de Arroyo del Moro, en el noroeste de Córdoba, en una zona urbana de nueva expansión que parecía sufrir cierto estancamiento a causa de la crisis económica. La construcción de este nuevo equipamiento pretende revitalizar el entorno, convirtiéndose en un revulsivo social.
El proyecto ganador del concurso ha sido desarrollado por el estudio holandés Mecanoo Architecten en colaboración con la empresa de ingeniería Ayesa. Dentro de la trama preexistente, el Palacio de Justicia se conforma como el telón de fondo de una amplia plaza, que procura mejorar el espacio público circundante.
El acceso principal se muestra como una incisión rasante, haciendo que el volumen apenas toque el suelo. La franja acristalada de la planta baja refuerza esta imagen, haciendo parecer que flota.
La edificación muestra un carácter muy escultórico, donde el volumen compacto, con una misma altura, y siguiendo las alineaciones de las calles perimetrales, se perfora mediante rasgaduras que generan patios en fachada. La sencilla forma prismática de la que se parte, queda rota, fragmentada, dando lugar a una pieza de geometría desencajada.
Los vacíos generados en el volumen presentan formas variadas. Algunos de ellos atraviesan el prisma de arriba a abajo, convirtiéndose en accesos secundarios, necesarios para el amplio programa que desarrolla la edificación. Estos patios en fachada aumenta la superficie de los paramentos exteriores, posibilitando la ventilación y la iluminación natural de los espacios interiores, así como, la inclusión del elemento verde.
Si las fachadas exteriores se realizan con hormigón reforzado con fibra de vidrio, por contraste, los patios presentan un revestimiento cerámico dorado que funciona como una doble piel, tamizando la entrada de luz. En el caso de los paños de hormigón, la luz se filtra a través de perforaciones y huecos geométricos, dibujando composiciones variadas en los alzados.
El programa funcional del Palacio de Justicia presenta usos variados, incluyendo 26 juzgados, una sala para celebraciones civiles y bodas, el Instituto Forense, celdas, zonas administrativas y despachos, archivo, cafetería y aparcamiento.
Para su resolución, se parte de un eje central de circulación que estructura y ordena las distintas partes del edificio. Su carácter lineal y repetitivo en las distintas plantas, con espacios a doble altura y con comunicación visual entre los distintos niveles, permite una fácil orientación para los usuarios.
Los requisitos de seguridad y la diferenciación entre zonas de acceso público y áreas de acceso restringido, motivaron la estratificación del programa en altura, con las celdas en sótano, las áreas públicas en la planta baja y con la disposición de las zonas restringidas conforme se va ascendiendo por el interior del edificio.
El espacio interior está dominado por el color blanco, que sólo se ve matizado por ciertos acabados en madera. Desde el corredor central se tienen visuales sobre los patios exteriores. Las perforaciones de los cerramientos y los lucernarios inundan el interior de luz, que reverbera en todos los paramentos, suelos, techos, muros y particiones.
El espacio de circulación horizontal, funcionando como un gran vestíbulo en cada una de las plantas, introduce la geometría exterior en su envolvente. Los muros que lo delimitan presentan las mismas formas geométricas quebradas y rotas, perforados en algunos puntos por el mismo tipo de huecos y vanos de las fachadas exteriores. La configuración de falsos techos y luminarias entra en ese juego, repitiendo esas mismas geometrías.
Fotografías de Fernando Alda
Para futuros arquitectos, les aconsejo que cuando diseñen un edificio tengan en cuenta a las personas que los van ha utilizar y los trabajos de mantenimiento futuros. La Ciudad de la Justicia de Córdoba es un edificio que carece de dicho estudio.
La idea de hacer todo el edificio en color blanco, ha sido un total desastre, ya que el color blanco es útil para aprovechar la luz cuando esta es escasa, pero si llenas todo el edificio de luminarias tipo led que en lugar de emitir una luz difusa lo que hacen es proyectar un haz de luz intenso, lo único que se consigue es dañar la vista de todo el personal que tiene que soportar a diario los malditos deslumbramientos los cuales provocan, dolores de cabeza, mareos e incluso pérdida de visión.
También hay que felicitar al que tuvo la idea de poner todo el mobiliario de color blanco, para acentuar todavía más este problema.
Después dicen que es un edificio eficiente energéticamente. Desde mi punto de vista es un edificio deficiente, ya que las minúsculas ventanas que han puesto no permiten trabajar con luz natural, lo que implica el uso de luz artificial continuamente. Eso sí, se impide el paso del calor en verano, claro entonces podemos decir que el edificio es eficiente en los meses de junio, julio y agosto, y que se despilfarra el dinero el resto del año. Supongo que será porque el arquitecto que lo ha diseñado es del norte de Europa y claro allí no conocen las maravillosas "persianas" que tenemos en España. Un invento que te permite regular la cantidad de luz a petición del usuario.
Tampoco pensó el arquitecto en el modo de limpiar dichas ventanas ya que no se pueden abrir y por lo tanto se deben limpiar desde el exterior.
Y respecto a la ubicación de las puertas también abría que darle un 10 al arquitecto, dado que, la corriente de aire que se produce en invierno, ha causado más de un problema a los trabajadores de la planta baja.
Y no hablemos de la pésima distribución de las diferentes plantas, un laberinto para todo aquel se atreve a pasar de la 1ª planta. El 90% de las personas que acceden a las dependencias judiciales se pierden y hay que estar pendiente para que no se equivoquen y se internen en las zonas restringidas.
En resumen, mucho romperse la cabeza con la estética del edificio y pasar del todo en cuanto a la funcionalidad del edificio. Creo que los arquitectos deberían plantearse primero la funcionalidad del edificio y después la estética. De nada sirve vivir en una casa muy bonita si no es habitable.
Un saludo.