Fämily architects es un despacho irlandés, ubicado en Belfast, cuyo objetivo es "elevar lo común y hacer más con menos".
Uno de sus últimos proyectos, conocido como No. 37, es una vivienda mínima situada en Belfast, en el número 37 de la calle Deramore Gardens, que consigue, en tan sólo 56m2, proporcionar todos los espacios necesarios para vivir, trabajar e incluso jugar. A su vez, consigue revitalizar el espacio urbano en el que se sitúa, ocupando un antiguo solar en estado de abandono, que convertía el fondo de la calle en un lugar inhóspito, transformándolo en un nuevo foco de atención del barrio según los autores del proyecto y los residentes de la zona, atrayendo a vecinos, caminantes y curiosos.
El proyecto, finalizado el pasado mes de agosto, dota a esta vivienda de reducidas dimensiones de 2 dormitorios, un baño y un espacio diáfano plurifuncional donde se encuentran el salón-comedor y la cocina, lugar que sirve a su vez de espacio de trabajo y lugar de entretenimiento. La mayor parte del programa se sitúa en la planta baja, excepto el dormitorio principal, que se encuentra en el altillo, al que se accede por una escalera que toma un protagonismo relevante desde el acceso a la vivienda.
La fachada principal aboga por la sencillez compositiva, con un contorno casi de dibujo infantil, con la doble casita con tejado a dos aguas, puerta y ventana. Lo mismo sucede con el testero norte, en el que se abren sencillas ventanas cuadradas que ventilan e iluminan los espacios interiores, y el testero sur, en el que destaca el ventanal de planta baja, con puertas abatibles que dan acceso a una pequeña terraza exterior.
La fachada trasera es totalmente ciega, a excepción de una pequeña ventana, de formato nuevamente cuadrado, que proporciona ventilación cruzada al dormitorio, así como vistas tanto al este como al oeste, a la vez que un lucernario en el techo proporciona otro foco de luz cenital y un nuevo punto de vista del exterior, hacia el cielo.
Cabe destacar la diferencia de alturas entre ambas ventanas del dormitorio, situándose la de la fachada este a ras del suelo del altillo.
La materialidad unifica toda la envolvente, listones de madera negra con ventanas con carpinterías negras y amarillas, que dan vida y color al conjunto, contrastando con su sencillez compositiva.
Los materiales utilizados en los acabados interiores son exclusivos, así como el mobiliario, y mantienen la tradición autóctona. Se cuidan al máximo los detalles constructivos, como en el caso de la transición entre pavimentos interiores y exteriores.
La casa destaca a su vez por su sensibilidad con los conceptos de ahorro energético y sostenibilidad. Utiliza la orientación sur para obtener una "calefacción pasiva" y dispone un sistema de captación de energía solar fotovoltaica.
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