El proyecto PALETTE ha sido concebido como un espacio creativo abierto a la individualidad de las personas que trabajan en él. Una instalación creada para albergar una empresa de servicios de apoyo continuo de empleo para discapacitados, que huye de las tareas repetitivas y puestos de trabajo monótonos
Ubicada en las cercanías de Juso, un conocido barrio de Osaka (Japón), la edificación destaca por una distribución lineal de la estructura e instalaciones situados en los lados este y oeste brindando una vista completamente abierta a las fachadas norte y este, fusionando su arquitectura con el paisaje urbano que la rodea.
La instalación está equipada con una fábrica de confitería donde los usuarios pueden practicar amezaiku (arte de los dulces japoneses), una fábrica de cerámica con un horno a gran escala, una fábrica de impresión con equipos de serigrafía, un estudio de arte que permite diversas expresiones no siendo limitado a pinturas, además de una cafetería, galería y tienda para exhibir y vender las obras creadas.
El proyecto ha sido concebido como un espacio homogéneo y abierto, capaz de albergar hasta veinte empleados por planta, los cuales pueden optar por trabajar en una mesa común o en escritorios individuales con particiones que ofrecen privacidad.
Debido a que el complejo está destinado a discapacitados intelectuales, dependiendo de las características de cada uno, algunos se estresan cuando están en un entorno concurrido, por lo que el equipo de arquitectos de A Nomad Sub ha creado un espacio donde cada usuario individual pueda encontrar un lugar cómodo donde trabajar y socializar cuando lo necesite.
El edificio se distribuye en cuatro plantas: la cafetería y la tienda en la primera planta, fábrica de confitería y una sala de descanso en la segunda planta, fábrica de cerámica y papelería en la tercera, y una fábrica de impresión y un estudio de arte en la cuarta.
El diseño de sus interiores es sin duda ingenioso e inteligente. Los techos que separan cada planta han sido diseñados como un tejado a dos aguas creando espacios a modo de cabañas independientes que son distribuidas mediante particiones ligeras que marcan fronteras sin sofocar el ambiente.
Cada cabaña usa materiales que representan su uso, tanto en el interior como en los exteriores del edificio, para que los usuarios puedan comprender intuitivamente dónde están sin necesidad de leer los carteles informativos o la señalética. En el caso del horno, el espacio usa ladrillos sin esmaltar, mientras que la sala de acristalamiento usa azulejos esmaltados.
El diseño exterior sigue sin duda una tendencia de apertura y ligereza. Planchas metálicas perforadas dan continuidad a la forma del tejado de las cabañas interiores marcando los niveles de las salas de trabajo, sin restar importancia a los materiales aplicados en la fachada que las representan.
En definitiva, un proyecto que engloba y cumple con todas las necesidades con un exquisito diseño, dando la importancia que se merece a todas y cada una de las actividades que se desarrollan en su interior.
Escrito por María José Sanz desde YOKOHAMA
Fotografías de Takumi Ota