Los arquitectos holandeses Denis Oudendijk y Jan Körbes lideran el colectivo Refunc, especializado en actuaciones urbanas, instalaciones artísticas y proyectos experimentales de microarquitectura, basados en materiales reciclados, elementos en desuso y desechos.
Con sedes en La Haya y Berlín, la filosofía de Refunc cuestiona la máxima “la forma sigue a la función”, proponiendo un cambio de uso, una nueva funcionalidad, a los materiales desechados por la sociedad, desperdicios, elementos defectuosos, obsoletos y en desuso, que manipulados alargan su vida útil. Contenedores, carcasas, viejos electrodomésticos, neumáticos, cajas o palés, son algunos de los recursos que emplea para sus proyectos.
A partir de la iniciativa KULTFLUX, que pretendía revitalizar las riberas fluviales de Vilna (Lituania), Refunc planteó, en 2008, la construcción de unas plataformas flotantes, como islas artificiales, acotando un espacio para baño. Mediante tanques industriales, reciclados de la industria alimentaria, se generaron superficies por las que se podía caminar.
Fotografías de Refunc
El trabajo con neumáticos desechados es una de las vías de experimentación utilizadas para la resolución de espacios urbanos, incluyendo soluciones para el mobiliario urbano y juegos de niños. Manipulados, perforados y rasgados, los neumáticos también se convierten en material de revestimiento de pérgolas y cobertizos, como en el proyecto Fringerator.
Fotografías de Refunc
Cajas de plástico y diferentes tipos de palés son otros de los elementos reutilizados. En algunos casos, se emplean como material de revestimiento, aportando una nueva imagen a cerramientos preexistentes, como en la Aquabit Gallery (2015), en Pekín; en otros casos, se construyen estructuras tridimensionales, de carácter efímero, como el proyecto Vortex (La Haya, 2012) o Pallet Temple (El Cairo, 2017).
Fotografía de Refunc
Para el Festival de Arte de Astaná (Kazajistán), del año 2015, Refunc construyó un pabellón móvil mediante paletizados y cajas de plástico, agarrados mediante bridas. El proyecto, conocido como Pixel Palace, toma como referente la vivienda tradicional nómada del país, la yurta, levantando una estructura de 6 metros de diámetro y 4 metros de altura.
Fotografías de Refunc
Buscando la ejecución de un contenedor temporal que pudiese tener diferentes usos públicos y acoger la realización de talleres, Refunc recurrió a las botellas de agua de plástico PET (polietileno tereftalato), como pieza fundamental en la construcción de la estructura Aquapolis, levantada en Toruń (Polonia) en 2016.
Fotografías de Ishka Michocka
Debido a la transparencia de los materiales plásticos, el equipo juega con la iluminación artificial para generar aspectos cambiantes y efectos llamativos en el uso nocturno de estos elementos.
Fotografía de Ishka Michocka
Una de las líneas de investigación más interesantes de Refunc es el de la microvivienda experimental, móvil y de bajo costo, donde se apuesta por el ahorro energético. El proyecto, identificado como Silo City, se inició en 2013. Utilizando silos de grano abandonados o desechados, y todo tipo de elementos reciclados, se plantea la construcción de viviendas de unos 13 metros cuadrados.
Fotografía de Ishka Michocka
El primer prototipo construido muestra su carácter itinerante. El espacio interior se adapta a las condiciones mínimas de habitar, generando el ámbito para dormir sobre una altillo al que se accede escalando, gracias a las presas dispuestas sobre el cerramiento, como si se tratara de la pared de un rocódromo.
Fotografías de Ishka Michocka
Para el proyecto Hortus Hermitage (2017), se ideó, en colaboración con los artistas Rose de Beer y Sjaak Langenbergun, un refugio autosuficiente para dos personas, ubicado sobre un muro de tierra del jardín botánico de Haren (Groninga, Holanda). Como materiales se emplearon silos, desechos y restos del propio jardín.
Fotografías de Ishka Michocka
Reutilizando un viejo silo de forraje, el proyecto Lemon Loft busca su transformación en un espacio de relación social, un punto de encuentro de, como máximo, diez personas, dentro de sus 3 metros cuadrados en planta, gracias a la conformación de un graderío circular que asume el papel de ágora.
Fotografías de Refunc
La sencillez de la propuesta permite su reutilización como lugar de trabajo, despacho o biblioteca y, con una mínima modificación, transformarlo en un espacio para la pernoctación. Su carácter móvil y fácilmente transportable amplía, aún más, sus posibilidades funcionales.
Fotografías de Ishka Michocka
Las propuestas de Refunc no sólo emplean materiales desechados sino que, además, pretenden reciclar la arquitectura, generando artefactos autosuficientes, móviles y adaptables. Una arquitectura de uso sin fin.
Fotografías de Refunc y Ishka Michocka