Sol89 han sido los arquitectos galardonados por la intervención de recuperación del Real de la Almadraba del Rompido de Nueva Umbría, provincia de Huelva, ejemplo de rehabilitación respetuosa con la preexistencia y el paisaje
El Real de la Almadraba, situado en el paraje natural de la Flecha del Rompido, fue edificado en 1929, al servicio del arte de pesca del atún que caracterizó en el litoral onubense. El conjunto estuvo compuesto por barracones habitacionales donde llegaron a vivir hasta 900 personas, además de la Casa del Capitán y las edificaciones de carácter industrial donde se realizaba el mantenimiento de los utensilios de pesca, que contaba con el embarcadero, la caseta de gasoil, la caldera de fundición del alquitrán y su chimenea.
El conjunto, abandonado en la década de los 70, se convirtió en BIC en 2015, lo que motivó la iniciativa de la Junta de Andalucía para su recuperación.
En esta intervención han sido recuperadas las construcciones industriales y el antiguo embarcadero, el cual ha sido unido con la playa de Nueva Umbría mediante un sendero natural compuesto por una pasarela de madera.
La pasarela, que nace desde el nivel de la arena de la playa, se inclina y eleva sobre pedestales para salvar el desnivel de las dunas existentes, asentándose en ellas de manera respetuosa, sin alterar en ningún momento su relieve ni su flora.
La pasarela se interrumpe, dando continuidad al recorrido con el pavimento de hormigón que conduce al embarcadero.
Este ha sido reconstruido empleando técnicas de tradición romana, creando una estructura en cajón capaz de soportar las cargas horizontales provocadas por la corriente fluvial, conformada por una solera inferior y otra superior, apoyada esta sobre sendos muros laterales sobre las ruinas de la antigua construcción, materializada con hormigón ciclópeo que reutiliza piedras del lugar, piedra grauwaca, reforzado con armadura de fibra de vidrio para evitar problemas por corrosión debido a la agresividad del ambiente del entorno.
El pavimento exterior lo constituye la propia solera, con un acabado impreso en forma de espiga, utilizado para en las instalaciones del Real de la Almadraba para el escurrido del alquitrán fundido para su recuperación.
También han sido reconstruidas la caseta de gasoil, las calderas, el alquitranadero y la chimenea, siguiendo las mismas técnicas constructivas de origen.
La caldera estaba compuesta por dos hornos y su chimenea, que se erige como un auténtico hito del conjunto.
La escalera de acceso dispone en su parte central una rampa compuesta por un relieve abovedado pero facilitaba el ascenso de los barriles de alquitrán.
El peldañeado y las mesetas se resuelven en este caso con un pavimento de piezas cerámicas, recuperadas en el lugar, apostando por la sostenibilidad y por el respeto a la preexistencia.
Asimismo, los acabados del conjunto se han realizado con morteros de cal y pintura al silicato, que garantizan la transpiración de las fábricas. El blanco de los volúmenes contrasta con la paleta cromática del entorno.
Imágenes de Fernando Alda