Un total de 1.405 metros cuadrados dan lugar al Restaurante Spring Feast, obra de la firma de arquitectura internacional Ippolito Fleitz Group. Inspirándose en el impresionante paisaje que lo envuelve y las aguas termales de la zona, crean un espectacular espacio de formas fluidas y lleno de luz, proporcionando el escenario ideal para una experiencia culinaria inolvidable
Las aguas termales de Bantang en Chaohu, China, son un destino popular para turistas y todo aquel que va en busca de una escapada de bienestar, un lugar que se convierte en la localización del proyecto Spring Feast diseñado por el estudio de arquitectura internacional Ippolito Fleitz Group. Incrustado en un entorno impresionante, el restaurante Spring Feast traduce el paisaje acuático natural en un espacio arquitectónico experiencial y dinámico.
El principal atractivo del restaurante es el agua de estos famosos manantiales, que se utiliza tanto en la preparación de platos y como agua potable. Las formas fluidas inspiradas en el flujo natural del agua, caracterizan y moldean este proyecto. Un diseño que garantiza que los comensales puedan sumergirse en esta experiencia sensorial única.
El punto de partida fue aprovechar el contexto cultural y natural, y traducirlo en una experiencia espacial. La investigación llevada por el equipo de diseñadores desveló un escrito imperial del período Ming en el que ya se mencionan las aguas termales de Bantang: “La montaña tiene dos manantiales, uno frío y otro caliente. Al inicio de su descenso, todavía están separados. Pero mientras se mezclan, los peces, al sentir el aumento de temperatura, abandonan la corriente caliente”.
La entrada al restaurante ubicada en el nivel superior, reflejando el registro histórico, se divide en dos caminos que descienden hasta converger nuevamente en el restaurante: el primer camino lleva a los comensales por una amplia y escenográfica escalera, mientras que el pasillo de la galería, conduce a un salón que ofrece una magnífica vista sobre el paisaje que rodea al restaurante.
Un interior de diseño orgánico refleja el exterior de la edificación, el cual que fue concebido como la continuación natural del entorno. Fueron creados nichos cavernosos sobre los suaves muros blancos que recuerdan al interior de una montaña desgastada por la fuente del agua de manantial. Un gran dosel blanco dominado por un verde vibrante que se extiende a lo largo del espacio gracias a una grandiosa y sobredimensionada decoración vegetal.
Sobre el pavimento, una textura bicolor de tonos tierra serpentea a través del espacio, dividiéndolo de manera elegante y dinámica en diferentes zonas para sentarse a degustar la gastronomía del local, cocina de inspiración occidental con su enfoque particular en el agua de manantial.
Iluminación y mobiliario mantienen lineas minimalistas, y una paleta de color que se funde con la decoración vegetal y el telón de fondo blanco puro.
Aquellos que sólo tengan tiempo para una breve estancia pueden tomar un café en el bar, preparado con habilidad por un pequeño robot. Este empleado se encuentra siempre tranquilo y actúa como el agua misma, a su propio ritmo y nunca cambia. De esta manera, el restaurante se convierte en un espacio experiencial orgánico en el que el concepto de bienestar de los baños termales desemboca en el disfrute de la comida con calma y rodeados por un entorno casi mágico.
Fotografía de OCT Group