La propuesta para este pequeño restaurante diseñada por Marcos Catalán y Anna Badia explora la implantación de un esqueleto que recorre el espacio existente en sus tres dimensiones solventando los diferentes aspectos del funcionamiento de un restaurante-cafetería y proporcionando un carácter y una atmósfera muy particulares.
El esqueleto se construye mediante una T de hierro y un embellecedor de madera que en muchos casos actúa de junquillo. Este sistema materializa uno a uno todos los elementos de la intervención: La fachada, la barra, la contrabarra, los estantes de almacenamiento, los botelleros, los soportes de los bancos e incluso los “telones” que filtran la iluminación. A su vez proporciona una buena relación con la preexistencia, conformando marcos modulares que ensalzan su presencia.
Pero el reto reside en implantar el programa de un restaurante en una geometría complicada; un local estrecho y largo, lleno de retranqueos y con poca relación con la calle.
Son los retranqueos propios del local los que sugieren la fragmentación del espacio en una secuencia de habitaciones, en lugar de forzar una lectura como espacio unitario. La ubicación de la cocina y de la barra obligan a coser la sucesión de espacios mediante un eje diagonal.
Para seguir acentuando la fragmentación del espacio se pavimenta mediante alfombras de terrazo enmarcadas en madera. El objetivo de todo ello es acercarse al entorno inmediato, representando algunos de los rasgos identitarios de la vivienda histórica del ensanche barcelonés.
La barra se ubica en la zona de acceso, el punto más estrecho del local. Por esta razón se intenta desmaterializarla al máximo para hacerla “desaparecer”. Se transfiere todo el programa propio de la barra a la contrabarra despojándola de neveras, botelleros, lavavasos, etc… y permitiendo así convertirla en un mueble ligero contenedor sólo de vajilla. Con ello la línea de separación entre personal y cliente queda desdibujada.
Autor: Marcos Catalán, Anna Badia
Lugar: Barcelona
Superficie: 92 m²
Presupuesto: 92.000 euros
Año: 2015
Fotografía: Eugeni Pons