SAKO Architects. Identidad de empresa a través de la arquitecturaLa firma de arquitectura internacional SAKO Architects se encarga de la renovación del antiguo edificio de oficinas de la marca de pinturas japonesa Musashi Paint Holdings. Haciendo honor a su identidad, el equipo de arquitectos diseña una fachada arcoíris capaz de iluminar las calles de Tokio
El antiguo edificio de la sede de la compañía Musashi Paint Holdings se encuentra en la ciudad de Tokio, Japón. Este era un típico edificio tipo lápiz, de siete alturas y planta estrecha, que más allá de encajar dentro de ciertos criterios estéticos, simplemente cumplía los requisitos legales para evacuación en caso de emergencia.
La firma de arquitectura internacional SAKO Architects fue la encargada de la reforma de la sede de la empresa japonesa, una compañía dedicada principalmente a la fabricación de pintura convertida en un negocio global gracias a la perseverancia y al trabajo duro desde su fundación en el año 1958.
Utilizando una pintura recientemente desarrollada para vidrio exterior y creada por la propia compañía, el equipo de SAKO Architects diseñó una fachada que esperase a la perfección la identidad de una gran empresa de pinturas capaz de ofrecer una infinidad de productos y, por supuesto, de colores: una fachada convertida en un arcoíris vertical.
Para que la fachada pareciese que está compuesta únicamente de vidrio colorido, el vidrio se sostiene únicamente por marcos horizontales anclados a cada forjado con una anchura mayor al del balcón que cubren. Un diseño minimalista que cede todo el protagonismo al color, y al mismo tiempo elimina visualmente los espacios negativos que existen entre edificaciones japonesas.
Las láminas de vidrio laminado templado que componen la fachada, fueron recubiertas por la pintura para vidrio de manera degradada para conseguir el efecto de arcoíris.
La vista de la ciudad desde la oficina a través de cada balcón, se convierte en una obra de arte poco realista gracias a las capas de color añadidas.
La luz natural directa se convierte en luz colorida a través del cristal coloreado hacia el interior, creando hermosas sombras en el suelo de cada balcón y, también, en las paredes exteriores de los edificios adyacentes.
Cuando está nublado, cuando el cielo se refleja más fácilmente, las nubes y los colores cambiantes se mezclan para crear una hermosa fachada, como si de arte digital se tratase.
Mientras que, cuando llega la noche, la iluminación artificial de las oficinas irradia hacia la calle luces de suaves colores, creando un interesante arcoíris nocturno.
Fotografía de Koji Fuji
Edición por MariaJosé Sanz desde Yokohama
