Exterior de Capilla St. Ignatius. Seattle, WA. 1997. Fotografía Steven Holl ArchitectsLa capilla destaca no solo por establecer estándares de excelencia por su diseño arquitectónico y significado. Es un precedente que ha resistido la prueba del tiempo por más de 25 años
Siete botellas de luz en una caja de piedra para plasmar la luz como el espíritu divino: Ese es el ideal de la Capilla de St. Ignatius, la capilla principal de la Universidad de Seattle diseñada por Steven Holl Architects en 1997, ganadora del Premio Veinticinco Años 2022 de la AIA. El premio destaca edificios que sientan un precedente, continúan estableciendo estándares de excelencia por su diseño arquitectónico y significado, y han resistido la prueba del tiempo durante 25 a 35 años.
Al diseñar la capilla, el equipo se decidió por la metáfora de la luz como espíritu divino, que aparece en una cita de San Ignacio, para que sirviera como concepto rector del diseño. En el interior, la luz está esculpida a través de varios volúmenes que sobresalen del techo de la capilla, cada uno de los cuales tiene como objetivo aprovechar diferentes calidades de luz para una ceremonia unida.
La metáfora de la luz se plasma en diferentes volúmenes que emergen de la cubierta cuyas irregularidades apuntan a diferentes calidades de luz: Orientación este, orientación sur, orientación oeste y norte, todos reunidos en una ceremonia unitaria. Cada uno de los volúmenes ligeros corresponde a una parte del programa de culto católico jesuita.
Planta y sección longitudinal de la capilla
La luz orientada al sur corresponde a la procesión, parte fundamental de la misa. La luz norte que da a la ciudad corresponde a la Capilla del Santísimo Sacramento ya la misión de acercamiento a la comunidad. El espacio de culto principal tiene un volumen de luz este y oeste. Por la noche, que es el momento particular de las reuniones para misa en esta capilla universitaria, los volúmenes de luz son como faros que brillan en todas direcciones a través del campus.
El concepto de diseño general de la capilla de siete botellas de luz una caja de piedra también se expresa a través de su método de construcción inclinado hacia arriba. La losa integral de hormigón inclinada ofrece una tectónica más directa y económica que el revestimiento de piedra. La envoltura exterior está dividida en 21 paneles entrelazados moldeados sobre la capilla y las losas reflectantes curadas durante 18 días. En tan solo 12 horas, los paneles se colocaron en su lugar con una grúa hidráulica, que a menudo manejaba cargas de hasta 36 toneladas.
El proyecto inició como un muro de mampostería de carga con paneles de aplacado de granito. Esto cambió por razones de presupuesto, y el sistema aplicado fue un sistema de paredes generalmente reservado para la construcción de almacenes de bajo presupuesto. Sin embargo, el arquitecto concibió un acabado teñido para la expresión exterior en lugar de una capa de granito con la que quedó satisfecho.
Fotografía de Datum Engineering
Por la noche, el momento clave para que la comunidad universitaria celebre misa, todos los volúmenes brillan como faros de colores similares que se pueden ver en todo el campus.
Si bien el concepto de reunión de diferentes luces enmarcó el diseño, también es emblemático de la misión de la universidad el basto grupo de estudiantes internacionales que se reúnen bajo un mismo techo. Las contribuciones de esos estudiantes fueron fundamentales para el proceso de diseño, que entregó un diseño para la capilla que mira hacia el futuro y está firmemente arraigado en el pasado.
Escrito por Paula Cano desde ESTADOS UNIDOS
Fotografías de Datum Engineering, Steven Holl Architects
