Turtle Conservation Centre es un centro de interpretación y acogida de visitantes situado en la playa de Mon Repos, en la región de Bargara, en la costa central de Queensland, uno de los puntos más importantes de anidación de tortugas de Australia.
La instalación, diseñada por Kirk Architects, acoge un modesto programa, que incluye un gran espacio de reunión donde celebrar charlas y eventos diversos, conocido como "el patio", con capacidad de acoger hasta 300 visitantes, un centro de interpretación con un graderío y una zona de oficinas y salas de reunión que dan servicio al centro de investigación.
El edificio, de escala modesta, se retira sensiblemente de la línea de costa para respetar al máximo el entorno natural en el que se ubica, minimizando el impacto ecológico en el lugar y en la actividad de las tortugas en su ciclo de anidación. Para ello, el edificio se ubica en el aparcamiento de asfalto existente, desplazando de ese modo el tráfico rodado y la zona de estacionamiento fuera del parque de conservación. Desde allí, un conjunto de senderos naturales guían a los visitantes en plena oscuridad hasta la playa durante la noche, para contemplar el espectáculo de eclosión de los huevos durante la temporada.
El edificio se concibe como un gran contenedor capaz de hacer frente a la climatología del lugar, apostando a su vez por un consumo mínimo de energía. Para ello, se apuesta por la madera, como material capaz de prolongar la vida útil del edificio, respondiendo adecuadamente al corrosivo ambiente marino.
La estructura de madera laminada encolada de origen local se construyó por completo en tan sólo 2 semanas. El revestimiento se materializa con madera contrachapada, con una doble piel exterior de chapa de cobre plegada que cubre la mitad superior de la envolvente vertical, cuya pátina de envejecimiento colaborará con el tiempo a integrar el edificio con su entorno vegetal.
La cubierta está constituida por una superestructura diagonal que conforma un patrón triangular sobre el que descansan los paneles acústicos de madera que absorben el ruido generado por los numerosos visitantes en los espacios centrales.
Los corredores se cubren con una superposición de paneles de madera que crean una geometría que hace referencia a la textura de los caparazones de las tortugas.
La madera combina distintos acabados que enriquecen la estética del interior del edificio, con acabado transparente para paredes y tinte oscuro en el caso del techo, mitigando así el derrame de luz hacia el exterior durante la noche.
A ello también contribuyen las luminarias con tonos cálidos que definen la presencia del edificio durante la noche sin importunar la vida marina de la playa cercana.
El edificio apuesta por el ahorro energético, favoreciendo la ventilación e iluminación natural. Se maximiza el movimiento del aire gracias a la orientación del edificio y a la abertura de 4 tragaluces triangulares en la cubierta, que introducen aire y luz al gran espacio de acogida de visitantes.
La envolvente dispone de persianas fijas y operables que permiten controlar tanto la ventilación natural en función de las necesidades como la salida de luz artificial desde el interior.
Imágenes de Scott Burrows