El estudio de arquitectura irlandés McGarry-Moon Architects consigue entrelazar dos lenguajes arquitectónicos opuestos en la rehabilitación y ampliación de la antigua vivienda de campo inglesa Warren Cottage.
La vivienda victoriana Warren Cottage fechada a mediados del siglo XIX, formó parte de la entrada del Parque de Richmond y en sus amplios jardines, esta vivienda es a su vez reconocida como una de las edificaciones históricas más importantes del área de conservación de Coombe Wood.
Con un total de 340 metros cuadrados, el proyecto de renovación y ampliación localizado en la población inglesa Kingston upon Thames se convierte en una vivienda elegante de corte y estilismo contemporáneo. Un proyecto que nació en el 2012 y que finalizó sus trabajos este mismo año 2016 de la mano del estudio de arquitectura irlandés McGarry-Moon Architects.
La ampliación de la vivienda pretendía conseguir crear una gran casa familiar, la ampliación de superficie era necesaria además de la adición de elementos que la convirtiesen en un espacio donde habitar cómodamente. La antigua casa de campo fue restaurada para devolverle todo su esplendor y gloria manteniendo y respetando materiales y detalles originales, en cambio para la nueva extensión, se propuso un concepto de imagen contemporánea que no restase belleza a la edificación original.
El esquema final de la edificación se manifiesta como una nueva extensión de dos plantas, y con una sala conectada al jardín privado. El espacio de doble altura por encima de la cocina y comedor relaja el flujo del salón consiguiendo un área más apartada y privada. Interiores elegantes y sencillos con la madera como material predominante y el blanco como protagonista, unidos a detalles perfectamente elegidos consiguen aportar a la vivienda sensaciones de comodidad y calidez. Como un edificio anexo la habitación del jardín actúa como un refugio autónomo, un espacio comunicado mediante una pasarela de pérgolas realizadas en madera.
Como parte fundamental de este proyecto de rehabilitación y ampliación, los propietarios pidieron que se cumpliese con estándares medioambientales y sostenibles, así pues, los arquitectos eligieron paredes de hormigón y suelo proporcionando la masa térmica esencial para conseguir una mejor eficiencia energética en el interior, además, se instalaron techos verdes que ayudan al filtrado de contaminantes y reduciendo la pérdida de agua.
Un proyecto resultante que permite a los diferentes estilos arquitectónicos, contemporáneo y victoriano, se entrelacen perfectamente y se fusionen, consiguiendo un diálogo estimulante y respetuoso.
Fotografía, Adam Currie