Arquitectura

Ajurien Talli: de establos para caballos a apartamentos residenciales

El estudio Avarrus Arkkitehdit, con sede en la capital finlandesa, ha sido el encargado de la reconversión de este edificio de principios del siglo XX, consiguiendo dotarle de una nueva vida al mismo tiempo que mantiene la esencia original de la construcción

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El estudio Avarrus Arkkitehdit, con sede en la capital finlandesa, ha sido el encargado de la reconversión de este edificio de principios del siglo XX, consiguiendo dotarle de una nueva vida al mismo tiempo que mantiene la esencia original de la construcción


Patio de acceso a los apartamentos de Ajurien Talli (©Atte Aaltonen)

El edificio, situado en pleno centro de la ciudad de Helsinki, fue diseñado y construido en el año 1906 por el arquitecto finlandés Kaarlo Lappalainen como un complejo de 3 plantas destinadas a albergar a los caballos de los cocheros de la ciudad. Este uso, que se mantuvo hasta el año 1960, paso a combinarse con el uso de almacenaje, quedando el espacio dividido en diferentes estancias que daban servicio a cada una de las necesidades de aquellas personas que hacían uso del edificio.

Con el paso del tiempo el edificio fue cayendo en el desuso, y la falta de cuidado de los propietarios dio pie a un deterioro hasta el momento nunca visto. Sin embargo, a principios del siglo XXI, la decadencia y el abandono del edificio sufrieron un parón gracias a que el Ayuntamiento incluyo la construcción dentro del listado de edificios protegidos por si valor histórico y arquitectónico. 


Espacios interiores conservados con los materiales originales de principios del siglo XX (© Tuomas Uusheimo) 

Si bien es cierto que la catalogación supuso un antes y un después para estos establos, el verdadero punto de inflexión llegó en el año 2019, cuando el edificio conocido como “Ajurien Talli” paso a manos de un nuevo dueño que apreció tanto las necesidades como las posibilidades que tenía el edificio después de tantos años carentes de cuidado y, de la mano de Avarrus Architects y del propio Ayuntamiento de Helsinki, comenzaron el proceso de renovación y readaptación del espacio para albergar un nuevo uso que fuera beneficioso tanto para el edificio como para todas las partes intervinientes en el proceso. 


Plantas de distribución y alzados al jardín de acceso y al patio colindante (© Avarrus Architects) 

Como bien se ha indicado anteriormente, el edificio se componía de tres plantas que, originalmente, albergaban diferentes usos. En la primera planta se ubicaban los carros de los conductores de la ciudad, la segunda planta era la que albergaba los establos de los caballos que se encargaban de tirar de los carros guardados en la planta primera y en la última de las plantas, se ubicaba el espacio donde se almacenaba el heno. Una de las características más singulares del edificio era que la principal entrada de luz tenía lugar a través de grandes lucernarios ubicados en el techo que bañaban los tres niveles interiores, permitiendo el acceso de luz hasta el nivel más bajo donde se encontraban los carros. 


Vista aérea del edificio y su ubicación en el entorno (© Tuomas Uusheimo) 

Tras el encargo de la reconversión del edificio en un conjunto de 18 apartamentos, el equipo de arquitectos de Avarrus se enfrentó a uno de los principales retos que se plantean de manera habitual en las intervenciones sobre edificios catalogados, debían ser capaces de llevar a cabo el cambio de uso al mismo tiempo que mantenían la esencia original de los espacios.  

Ubicado en el interior de un jardín de Punavuori, la cuidadosa intervención planteada hace que cualquier visitante que llega al edificio se traslade de manera automática a principios del siglo XX. El recorrido de acceso, que se inicia en el jardín, varía en función del nivel al que queramos acceder. Los apartamentos distribuidos en la planta baja tienen su acceso desde la cota de calle, mientras que para poder acceder al primero de los niveles tenemos dos opciones, embarcarnos en un viaje al pasado a través de la rampa impecablemente conservada por la cual subían los caballos en su origen, o realizar el recorrido a través de la escalera de hormigón visto, diseñada de manera simétrica a la anteriormente mencionada, para alcanzar este primer nivel que nos recibe con un hall de doble altura que atraviesa el edificio para dar acceso a los apartamentos de este nivel.  


Escalera de madera original para subir a los caballos a los establos (actualmente apartamentos) del primer nivel (© Tuomas Uusheimo) 


Nueva escalera de hormigón para acceder a los apartamentos del primer nivel (© Tuomas Uusheimo) 

El tercer y último de los niveles, tiene acceso a través de unas escaleras de madera cuidadosamente ubicadas en las aperturas que permiten que la luz natural que entra desde los lucernarios de la cubierta bañe los niveles inferiores. 

Esta austeridad y cuidado empleado en los espacios comunes, se ha trasladado de igual modo al interior de los apartamentos, donde la calidez de la madera y la conservación de materiales originales se mezcla con un diseño minimalista que afianzar el protagonismo en el espacio y no en la intervención propiamente dicha. 


Diseño de los espacios interiores de los apartamentos (© Tuomas Uusheimo) 

Mencionado el cuidado y cariño dispuesto por el estudio de arquitectura en la conservación y distribución de los espacios interiores, no podemos menos que destacar el trabajo con los materiales empleados en el exterior del edificio. Tras su nombramiento como bien de interés histórico y arquitectónico, previamente mencionado, se inició un proceso de diez años en el que se desarrolló todo el plan de intervención que afectó tanto al espacio interior como a las aperturas y fachadas exteriores. La fachada cambio su color de amarillo claro a gris de acuerdo con las indicaciones realizadas por Pentti Pietarila, arquitecto encargado de la conservación del edificio, quien además consiguió devolver las ventanas exteriores que daban al jardín de acceso, al color rojo original de principios del siglo XX. 


Fachada exterior que da a los patios de los edificios colindantes (©Atte Aaltonen) 

la intervención en “Ajurien Talli” sirve como ejemplo de que es posible "condensar" la ciudad sin construir una nueva, aprovechando el patrimonio constructivo existente y respetando la historia. Además, se ha convertido en un claro ejemplo del poder del trabajo colaborativo entre las diferentes partes intervinientes en el proceso, pues todos los actores, cliente, arquitectos, constructora, ayuntamiento y comisiones de patrimonio, que han formado parte de la intervención han tenido un papel fundamental en el éxito de la misma. 

Avarrus Architects

Fotografías de Tuomas Uusheimo y Atte Aaltonen (Avarrus Architects)
Planos de Avarrus Architects

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