Obra de un arquitecto finlandés en pleno noreste americano, esta iglesia de líneas firmes y escultóricas emerge del boscoso entorno para dar lugar a un interior que no hace sino aumentar la belleza de lo que desde el exterior se intuye
Imagen del espacio interior de celebración del culto (©Hassan Bagheri)
Si bien es cierto que la trayectoria del arquitecto finlandés Eero Saarinen le llevó a diseñar y construir un buen número de edificios en los Estados Unidos de América, no podemos más que afirmar que esta iglesia, además de ser su último diseño, es una de sus obras más icónicas de las llevadas a cabo en al otro lado del Océano Atlántico.
Como si de un faro iluminador se tratase, la cruz dorada que se alza en lo más alto del esbelto chapitel de hormigón armado llama a la oración a sus fieles más cercanos al mismo tiempo que atrae las miradas de los amantes de la arquitectura. Este sencillo gesto es tan expresivo como simbólico, pues de todos es sabido que la intención original de la arquitectura religiosa desde épocas tan tempranas como el Gótico ha sido la de alcanzar el cielo, algo que este diseño logra con un único gesto que hace surgir el edificio de un frondoso bosque hacia lo alto del cielo de Columbus.
Imagen exterior de la aguja y su reflejo interior en forma de óculo para la entrada de la luz sobre el altar (©Hassan Bagheri)
Pero si bien este elemento vertical es el punto de llamada y el foco de atención desde la distancia, conforme el visitante se acerca al edificio se ve atraído por la expansión horizontal en forma de planta hexagonal que convierte lo vertical y divino en terrenal.
Conocido por su arquitectura moderna, la ciudad de Columbus tiene mucho que agradecer a este finlandés que desarrollo muchos de sus mejores diseños en los Estados Unidos, lo que le llevó a convertirse en uno de los arquitectos predilectos del lugar y, por ende, a ser seleccionado para diseñar este edificio en el año 1959. Sin embargo, nadie se imaginó que esta dilatada y reconocida trayectoria llegaría a su fin con la construcción de esta iglesia, pues justo antes de la finalización de sus obras tuvo lugar el fallecimiento del arquitecto.
Plano de situación de la iglesia en el entorno (© Eero Saarinen)
La planta de la iglesia y su volumen son elegantes gracias a la sencillez de sus líneas y a la ingeniosa disposición estructural de los elementos que la componen. Diseñada sobre la ya mencionada geometría del hexágono, se puede comprobar una dirección dominante gracias a la deformación que alarga el eje Este a Oeste de la planta para mostrar un foco en el interior del espacio. Los accesos al espacio interior se ubican en sus lados más cortos, mientras que los esfuerzos estructurales se concentran en cada una de las seis esquinas que componen el edificio, donde unos colosales pilares de hormigón armado sirven de soporte para las costillas estructurales que dan forma a la cubierta, alzándose hacia el cielo en el punto de convergencia para formar la aguja eleva la altura del conjunto hasta un total de 192 pies.
Detalles estructurales y de distribución exterior del edificio con textura del material de hormigón (©Hassan Bagheri)
El interior no consigue otra cosa sino continuar con el desarrollo escultórico del conjunto. Las líneas estructurales del exterior se reflejan mediante geometrías angulares en el interior, poniendo el foco de atención en el espacio de adoración y celebración ubicado milimétricamente bajo la elevada aguja exterior.
El interior se baña de luz del mismo modo que lo hacían las catedrales renacentistas. La cúpula que cubría el espacio central en los grandes ejemplos que a todos nos vienen a la mente pasa de ser circular y de planos curvos, a ser hexagonal y de planos rectos, mientras que la coronación en forma de linterna que se ubicaba en el punto más elevado de dichas cúpulas, en este caso se convierte en un elemento singular que además de hacer visible el templo desde el exterior, ilumina de manera indirecta el centro del espacio interior, dotando de una tenue luz cenital a altar.
Iluminación perimetral que separa la cubierta del espacio de los feligreses e ilumina el interior (©Hassan Bagheri)
Además de este foco luminoso obtenido a través de la aguja exterior, la iluminación perimetral que sale oculta desde la parte posterior del límite entre la cubierta y el espacio de oración envuelve a los fieles en un aura de calidez en el que contrastan los colores claros de la escultórica cubierta con los tonos oscuros de los bancos de los fieles, separando pero al mismo tiempo conectando lo terrenal y lo divino con el simple gesto de una línea horizontal.
Espacios funcionales de la iglesia ubicados bajo la zona del altar en un nivel secundario (©Hassan Bagheri)
El diseño de la Iglesia Cristiana del Norte de Eero Saarinen parte de una reflexión pausada y meditada sobre los espacios religiosos modernos que se materializa en un único objetivo, diseñar un edificio que pueda satisfacer las necesidades de la religión contemporánea sin perder el enfoque de la función original de la iglesia como espacio de adoración y acercamiento a Dios.
Para alcanzar este aparentemente sencillo objetivo, Saarinen separa las funciones primarias y secundarias de la iglesia en dos niveles, dedicando con ello el nivel principal al culto y el nivel inferior para las funciones secundarias de una iglesia.
Planta de distribución de los espacios funcionales del conjunto de la iglesia – Nivel inferior (© Eero Saarinen)
Esquema en planta de distribución del conjunto (© Eero Saarinen)
Detalle de sección transversal de la iglesia (© Eero Saarinen)
El acceso al templo genera por tanto una secuencia en la que el feligrés debe de ascender arriba con el paisaje para, una vez en el interior, descender física y visualmente de tal modo que el altar se convierte en un objeto de destino y llegada que se refleja en el exterior con la esbelta aguja que conecta al sacerdote con Dios.
Detalles interiores de la iglesia en sus dos niveles (©Hassan Bagheri)
Lamentablemente, este diseño final fue presentado tan sólo un mes antes del fallecimiento, a la temprana edad de 51 años, del arquitecto, convirtiéndose con ello en su último diseño, lo que provocó que los esfuerzos por construir esta iglesia se convirtieran en un claro homenaje a la figura de Eero Saarinen por las muchas contribuciones del mismo a la ciudad de Columbus.
Fotografías de Hassan Bagheri
Planos de Eero Saarinen