Han pasado 20 meses desde que la primera de las piedras de la nueva ampliación del Museo de Bellas Artes de Bilbao fuera colocada por Sir Norman Foster y las obras avanzan con paso firme para terminar en tiempo uno de los nuevos hitos de la arquitectura de la ciudad
Primer Museo de Bellas Artes de Bilbao en la Escuela de Artes y Oficios de Atxuri (© Bilbao museoa)
Fundado en 1908 y con la apertura de sus puertas al público por primera vez en 1914, el Museo de Bellas Artes de Bilbao es un ejemplo tardío del aumento de instituciones museísticas que, junto con otras iniciativas e instituciones, respondían a un mismo ímpetu modernizador de la ciudad de Bilbao. Ubicado inicialmente en la Escuela de Artes y Oficios de Atxuri (Bilbao), no fue hasta 1938 que el Museo de Bellas Artes se ubicó, por primera vez, es su demarcación actual. El edificio original, diseñado por los arquitectos Fernando Urrutia y Gonzalo Cárdenas fue aprobado en el año 1939 e inaugurado el 17 de junio de 1945, siendo declarado Monumento Histórico-Artístico en el año 1962.
Su diseño basado en los principios neoclásicos cuenta con detalles que reflejan su inspiración en los modelos museográficos tradicionales y, en especial, en el Museo del Prado de Madrid. El edificio original cuenta con una planta en forma de L, dos pisos con salas para la exhibición de obras de arte y un sótano que aloja las dependencias para los servicios internos.
Edificio original del actual Museo de Bellas Artes de Bilbao (© Bilbao museoa)
Planos del edificio diseñado por Fernando Urrutia y Gonzalo Cárdenas en 1939 (© Bilbao museoa)
Algo menos de tres décadas después de su inauguración tuvo lugar la primera ampliación del Museo, en esta ocasión diseñada por los arquitectos Álvaro Líbano y Ricardo Beascoa, cuya obra, claramente influida por el movimiento moderno, se desarrolla en forma de L invertida respecto al espacio original con un gran vestíbulo acristalado que se relaciona con el entorno natural colindante.
Sucesivas reformas tuvieron lugar en las décadas de los ochenta y los noventa, afectando de manera clara en la fisonomía original mediante un progresivo cierre del porche para terminar completamente cerrado y albergar la sala BBK de exposiciones temporales, la construcción de un salón de actos o la habilitación de los sótanos para alojar servicios de biblioteca, tienda y cafetería.
Primera ampliación del Museo de Bellas Artes diseñada por Álvaro Líbano y Ricardo Beascoa (© Bilbao museoa)
En el año 1998, el Consejo de Administración del Museo puso en marcha un plan de revitalización que incluía una nueva ampliación. La propuesta ganadora del concurso fue la diseñada por el equipo de arquitectos encabezado por Luis María Uriarte. Álvaro Líbano, Rafael Moneo y Norman Foster fueron los encargados de elegir la propuesta ganadora, de la cual destacaron la mejora de las comunicaciones y la liberación de espacios para reunir y optimizar los servicios al visitante.
La conclusión de las obras el 10 de noviembre de 2001 permitió al edificio actualizar las dos arquitecturas preexistentes, pertenecientes a dos discursos museográficos diferentes: el de los museos históricos tradicionales volcados en la conservación y el conocimiento de la colección, y el de los equipamientos modernos de la segunda mitad del siglo XX, orientados hacia las actividades y el público.
Segunda ampliación del Museo de Bellas Artes de Bilbao, finalizada en 2001 (© LMU Arkitektura)
El enriquecimiento de la colección del Museo y la necesidad de mejorar la atención al visitante llevaron a Miguel Zugaza a plantear una tercera ampliación del edificio. En esta ocasión, Sir Norman Foster pasó de formar parte del jurado a presentar junto al anterior galardonado, Luis María Uriarte, la propuesta ganadora del nuevo concurso al que se presentaron un total de 57 propuestas llegadas de estudios de arquitectura de gran relevancia internacional.
El proyecto diseñado bajo el lema “Agravitas” fue definido por el propio arquitecto británico como “un vínculo entre lo heredad, el pasado de esta gran institución, y el museo del futuro”.
Presentación del proyecto de la nueva ampliación diseñada por Sir Norman Foster (© Diputación Foral de Bizkaia)
La propuesta de la UTE formada por Sir Norman Foster y Luis María Uriarte se basa en recuperar el protagonismo del edificio de 1945, restableciendo para ello la entrada original al edificio, y proyectando sobre las instalaciones existentes un espacio de dimensiones únicas que se asienta de manera respetuosa sobre el edificio original y la ampliación de los años setenta, dotando al Museo de nuevas galerías en una única planta diáfana y flexible.
Paneles de la propuesta Agravitas presentada al concurso por Norman Foster y Luis María Uriarte (© LMU Arkitektura)
La pieza, se eleva de manera suave sobre las edificaciones existentes y corona el conjunto como si de una Txapela se tratará, apoyándose en el terreno sobre un mínimo conjunto de pilares en forma de V. Bajo esta nueva pieza iluminada por la luz cenital que atraviesa la galería gracias a un óculo que se asemeja al del Panteón, se sitúa el nuevo eje vertebrador del Museo.
El sistema de construcción en seco planteado para el desarrollo de la propuesta permitirá agilizar el avance en la ejecución de los trabajos de ampliación y reforma, cuyo presupuesto de 18.658.200 euros comenzó a consumirse en el mes de noviembre de 2022, momento en el que el propio Sir Norman Foster se encargó de colocar la primera piedra de la nueva edificación.
Acto de celebración de la colocación de la primera piedra de la nueva ampliación del Museo (© Bilbao museoa)
Trece meses después de este acto, en enero de 2024, tendría lugar la colocación del primero de los pilares en forma de V, hito fundamental del proyecto que marca el inicio de la fase de ejecución de la principal estructura de la ampliación, ya que son estos pilares los encargados de sustentar el nuevo volumen en el que se ubicará la, también nueva, sala de exposiciones del Museo.
Colocación del primero de los pilares en V que sustentan la nueva ampliación del Museo (© Bilbao museoa)
Desde esa fecha el avance de las obras ha seguido su curso y a día de hoy se encuentran instalados todos los pilares en V que sustentan la nueva sala de exposiciones, cuya imponente longitud de 12 metros se hace pequeña frente a la dimensión de las celosías de acero de alta resistencia de 55 metros que formarán el cuerpo principal de la ampliación, las cuales comenzaron su instalación el pasado mes de abril.
Colocación de las cerchas que forman la estructura de la nueva ampliación del Museo (© Bilbao museoa)
El continuo flujo de trabajo hace que el avance de las obras no añada mayor presión de la habitual a los arquitectos y el equipo de ingenieros encargados de la misma. Sin embargo, los principales encargados de esta nueva ampliación, Sir Norman Foster y Luis María Uriarte, ejercen su labor mediante visitas de obra puntuales en las que se encargan de vigilar el correcto desarrollo de la fase de ejecución del proyecto que con tanto mimo diseñaron hace ya cinco años, del cual se desconoce todavía la fecha en la que pasará a dejar de ser una idea y un diseño para ser una realidad tangible y un nuevo espacio para la sociedad de la ciudad de Bilbao y para sus visitantes.
LMU Arkitektura y Foster & Partners
Fotografías de Diputación Foral de Bizkaia, Bilbao Museoa y LMU Arkitektura
Paneles de LMU Arkitektura y Foster & Partners