Las viviendas sociales en Ibiza de Ripoll Tizón Arquitectos es un proyecto ampliamente galardonado por conseguir un edificio eficiente que recuperar el espíritu de la arquitectura mediterránea balear tradicional, inspirado en las antiguas casas payesas ibicencas
El conjunto residencial, que se concibe como un Tetris que se concibe como un conjunto de volúmenes que se adosan y superponen creando huecos estratégicos ente los mismos, se sitúa en una zona de crecimiento urbano de tejido residencial, en Talamanca, que limita con un área de terrenos inundables y de cultivo, pero que disfruta de las vistas del antiguo casco histórico y de su cercanía al puerto deportivo.
Su imagen urbana se aleja de las edificaciones existentes en su entorno próximo de volumetrías y estilos varios, optando por recuperar la esencia de la arquitectura mediterránea, por crear una arquitectura vinculada al lugar a su clima. Para ello, se opta por una envolvente blanca inmaculada, donde se abren múltiples huecos de corte vertical protegidos por las tradicionales contraventanas de madera. Estas se pintan también de blanco en su cara exterior, dejando el material desnudo al interior, lo cual otorga un contraste en su posición abierta que anima y da movimiento a la envolvente.
El edificio, de PB+5, libera el nivel de calle para crear espacios de relación y servicio, además de plazas de aparcamiento, evitando así complicar la construcción con sótanos situados bajo el nivel freático.
Estos espacios de circulación y ocio, que se repiten en las 5 plantas superiores gracias a los vaciados que se van intercalando en altura, se inundan de luz natural y de color gracias al uso de animados revestimientos cerámicos que cubren tanto las superficies verticales como algunos elementos fijos del mobiliario.
A través de estos corredores y terrazas se accede al conjunto de 19 viviendas distribuidas entre los 5 niveles. Proporcionan una amplia variedad tipológica que los arquitectos crean con módulos base y complementarios que configuran los distintos programas que responden a las necesidades variadas de los habitantes, sin dejar de lado la estandarización propia de las VPO.
El módulo base, de planta cuadrada, incluye los espacios más básicos: el estar, el comedor y la cocina; mientras que los módulos complementarios pueden albergar dormitorios y zonas húmedas o extensiones del área de estar.
Todas las viviendas disponen al menos de 2 orientaciones que permiten, no sólo captar una gran cantidad de luz natural, sino garantizar la ventilación cruzada que vela por el confort de los espacios interiores en la época cálida, minimizando la demanda energética del edificio. Ello, junto con la protección de los huecos con las contraventanas de madera y una envolvente eficiente, le ha permitido obtener la máxima calificación energética (clase A).
Además, las viviendas disponen de pequeñas terrazas que garantizan el disfrute del clima mediterráneo durante la práctica totalidad del año.
Imágenes de José Hevia