La Casa Schmieder, diseñada por Fischerschmieder Architekten en Fraxern, una localidad del distrito de Feldkirch, en el estado de Vorarlberg, Austria, es un ejemplo de diseño contemporáneo, donde el hormigón adquiere el protagonismo, no sólo caracterizando la imagen tanto interior como exterior del edificio, sino concebido como un elemento único capaz de resolver tanto la estructura, como la envolvente o los acabados de la vivienda
El proyecto partía de una parcela situada en un terreno en ladera, ligeramente inclinado, con un gran valor paisajístico, rodeado por un prado con cerezos.
Los arquitectos salvan el desnivel del terreno creando un prisma de 8×8 m de lado y 3 alturas, en dos de las cuales, las dos superiores, se distribuye el programa de día, salón y cocina, reservando el tercer y más bajo de los niveles para el dormitorio.
El acceso se realiza por una ligera pasarela metálica que conecta con una carretera local. El vestíbulo se sitúa en un nivel intermedio entre las dos plantas superiores, con las que conecta a través de una escalera abierta de hormigón.
La planta superior, donde se encuentra la cocina, ocupa la mitad de la planta cuadrada, reservando la parte trasera a una terraza exterior que permite disfrutar de las vistas de la naturaleza circundante y del aire libre.
El salón ocupa el nivel intermedio, donde una gran chimenea de leña constituye el sistema de calefacción central de la vivienda, pegada al volumen que alberga el baño.
La estancia es totalmente diáfana y dispone de un gran ventanal orientado hacia el prado, y otra ventana de pequeño corte que ilumina el rincón reservado al área de trabajo.
En el nivel inferior, el dormitorio dispone de otro baño con bañera exenta junto a la cama, desde donde disfrutar de las vistas generadas por el alarde arquitectónico que supone el vaciado de la esquina del prisma para disponer de una ventana panorámica continua.
El volumen de toda la vivienda está generado por hormigón, que alcanza los 50 cm de espesor en el cerramiento, resolviendo así el aislamiento térmico del interior, aprovechando su masa para calefactar el aire interior con la incidencia del sol, como complemento de la gran estufa de leña.
La textura superficial se muestra bruta en techos y paredes, recurriendo al simple pulido en el caso de los pavimentos. Tan sólo le acompañan otros materiales como el acero, el vidrio y el abeto.