Este jardín de meditación situado en Lituania, en la propiedad de Vytautas V. Landsbergis, un reconocido escritor de libros infantiles, promotor del proyecto, es el fruto de un taller realizado en agosto de 2016 con tres arquitectos invitados, Marco Casagrande, Vilen Kunnapu y Hans-Petter Bjørnådal.
El taller se llevó a cabo como un experimento sobre la relación entre la meditación, la arquitectura y la naturaleza, el paisaje. El lugar, el jardín de la vivienda del promotor, situado junto a un pantano rodeado de vegetación, fue el punto de partida de la idea de la intervención, que incluye un conjunto de caminos seminaturales, que marcan posibles rutas de paseos a pie para disfrutar de la naturaleza circundante, refugios dispersos entre el itinerario, destinados a la meditación individual o simplemente a realizar un descanso durante la caminata, y chimeneas o zonas preparadas donde poder encender un fuego que permita dar calor a los usuarios de los refugios.
Toda la intervención es totalmente respetuosa con el lugar. Los caminos se marcan en algunos casos simplemente con la limpieza del terreno, siguiendo el trazado natural tanto dentro como fuera del jardín, o colocando piedras alineadas que determinan trazados sinuosos.
Así mismo, se desbrozó un área del jardín, retirando tocones, raíces y arbustos, dejando la zona limpia y despejada donde se replantó nueva vegetación.
Los refugios, diseminados por el jardín con distintas orientaciones que ofrecen privacidad a los usuarios y vistas hacia la naturaleza, están compuestos por una sencilla plataforma de tablones de madera elevada sobre el terreno sobre cuatro apoyos puntuales. Dispone de un cerramiento en los laterales y la parte trasera, el cual se inclina para ejercer a su vez de cubierta, proporcionando resguardo del viento y la lluvia durante la meditación.
En la plataforma horizontal y la superficie interior la madera queda desnuda, mientras que la superficie exterior se tinta de oscuro, pasando desapercibidos en el entorno.
Frente a los refugios de meditación sedisponen 2 chimeneas que, además de añadir el carácter simbólico del fuego a este espacio de relajación, templa el ambiente en la época fría. Además de éstas, se disponen otras chimeneas repartidas en las áreas de descanso y los caminos.
Con el mismo criterio de usar materiales naturales, se disponen troncos de árbol cortados a modo de asientos, creando zonas donde poder celebrar pequeñas reuniones, hacer representaciones, lecturas…
Imágenes: Lidija Kaleinikovaite
Lina Pilibaviciute
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