El museo danés de Louisiana, inaugurado en 1958 según el proyecto de los arquitectos Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert, es una obra maestra de la arquitectura moderna gracias a la perfecta interrelación entre la edificación y su entorno, entre la obra expuesta y el paisaje donde se inscribe.
Aunque el fundador de Louisiana, Knud W. Jensen (1916-2000), buscaba generar un museo, predominantemente, de arte moderno danés, lo cierto es que su colección incluye todo tipo de obras artísticas realizadas a partir de 1945, convirtiéndose en un referente internacional del arte de la segunda mitad del siglo XX.
El punto de partida de la institución fue una mansión, construida alrededor de 1855, por el oficial y Maestro de la Caza Real Alexander Brun (1814-1893), que introdujo en la zona el cultivo de árboles frutales y la apicultura. Este noble se casó tres veces. Curiosamente, cada una de sus esposas se llamaba Louise, y de ahí ha derivado el nombre del museo. La villa se ubica en Humlebæk, a unos 40 km de Copenhague, al norte de la isla de Zelanda.
Mansión de Alexander Brun, Museo Louisiana. Imagen: Louisiana Museum
Cuando Knud W. Jensen encargó, a mediados de la década de 1950, a los daneses Jørgen Bo (1919-1999) y Vilhelm Wohlert (1920-2007), el proyecto del Museo Louisiana, les pidió la conexión de la edificación existente con la nueva arquitectura y con el paisaje circundante.
Los arquitectos, frente al edificio compacto al borde del acantilado que había propuesto la propiedad, proyectaron la descomposición de la arquitectura expositiva en pabellones interconectados, abiertos al paisaje y a las vistas, generando en el visitante la sensación de pasear a cubierto por el jardín que envuelve a las edificaciones.
Museo Louisiana, Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imagen: Bo & Wohlert
La arquitectura se repliega a las exigencias del entorno natural, se adapta, en los recorridos expositivos, a la pendiente, al terreno y a las visuales sobre el mar. Las obras de arte se colocan en lugares estratégicos, en contacto, muchas veces, directamente con la naturaleza. El visitante pasea entre las esculturas, disfrutando, a la vez, del entorno ajardinado.
Museo Louisiana, Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imagen: Akira Oyama
La construcción duró de 1956 hasta 1958, cuando el museo fue inaugurado. Para su ejecución se recurrió a una serie muy limitada de materiales, lo que confiere una gran unidad al conjunto, pese a su dispersión por el terreno. Destaca la descomposición volumétrica de los pabellones, donde cada elemento aparece diferenciado. Las uniones, apoyos y encuentros se muestran limpios y precisos, singularizando los elementos estructurales: muros, vigas y cubiertas. Los planos se muestran de forma rotunda, sin apenas recortes. Las cubiertas se alargan, independizándose de los muros y cerramientos.
Museo Louisiana, Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imágenes: Dana Tomic Hughes
Museo Louisiana, Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imagen: Juan Deltell Pastor
Para los acabados, se recurrió a muros encalados en blanco, fábricas de ladrillo pintadas asimismo de blanco, vigas de madera, techos y revestimientos de paneles y listones de madera, grandes paños acristalados, y suelos de baldosas cerámicas en color rojizo. Las referencias a la arquitectura japonesa son evidentes, mostrando también cierto influjo de las construcciones californianas.
Museo Louisiana, Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imagen: Louisiana Museum
Museo Louisiana, Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imagen: Matt Gibberd
El equilibrio, la elegancia y la discreción son las características de esta arquitectura sin pretensiones, que busca encajar en el paisaje, diluirse en el jardín, gracias a su marcada horizontalidad. Los pabellones se disponen en una secuencia concatenada de espacios, permitiendo un recorrido expositivo continuo pero variado, de largas perspectivas, cambios de direccionalidad, cambios de nivel, que rompen la monotonía. El recorrido engarza espacios de formas y escalas diferentes, introduciendo puntos de vista elevados, focos de atención o panorámicas sobre el jardín.
Museo Louisiana, Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imagen: Evan Chakroff
Museo Louisiana, Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imagen: Louisiana Museum
Museo Louisiana, Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imagen: Louisiana Museum
Desde su inauguración, Louisiana ha crecido en sucesivas ampliaciones, llevadas a cabo por los propios Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert, y por el arquitecto Claus Wohlert a partir del ala este del conjunto. Todas estas actuaciones han seguido las líneas marcadas por el proyecto original, completando un recorrido perimetral que se adapta, perfectamente, a los condicionantes del terreno y el jardín, consiguiendo una interactuación perfecta entre la arquitectura, el paisaje y la obra artística expuesta.
Museo Louisiana, Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imagen: Louisiana Museum
Las primeras construcciones, inauguradas en 1958, corresponden a la denominada ala norte. La actuación consistió en la ejecución de tres pabellones y una serie de corredores acristalados que conectaban la antigua mansión con la biblioteca. Este espacio, transformado actualmente en una cafetería, presentaba un rincón para la lectura y un espacio de espera y descanso alrededor de una chimenea. Su frente se abre hacia el mar y la costa sueca.
Museo Louisiana, Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imagen: Bo & Wohlert
Museo Louisiana, Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imagen: Lennart Larsen
Museo Louisiana, Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imagen: Chimay Bleue
En el ala norte sobresalen las galerías dedicadas a Giacometti y a Asger Jorn. Especialmente la primera, se ha convertido en un hito arquitectónico de la modernidad. El espacio desnudo, de volumetría limpia y frente abierto al paisaje, se convierte en el marco idóneo para acoger la escultura existencialista de Alberto Giacometti (1901-1966), aunque inicialmente la sala a doble altura no había sido pensada para sus obras.
Museo Louisiana, Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imagen: Louisiana Museum
Museo Louisiana, Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imagen: Louisiana Museum
Los elementos arquitectónicos se reducen, como en el caso de las esculturas expuestas, a su esencia. La escalera se limita a una sucesión de peldaños, simples huellas. El pasamanos sólo es una línea anclada al muro. Las barandillas, como protección vertical, se descomponen en un listonado vertical. El muro posterior funciona como un gran lienzo abstracto, donde los elementos arquitectónicos se ensamblan en un collage de formas.
Galería Giacometti, Museo Louisiana, Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imagen: Akira Oyama
Galería Giacometti, Museo Louisiana. Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imagen: Fariha Wajid
La galería dedicada al pintor danés Asger Jorn (1914-1973), uno de los fundadores del grupo CoBrA y vinculado con la Internacional Situacionista, se hizo realidad gracias a las donaciones de la pareja Jytte y Dennis Dresing, realizadas en 1999 y 2004.
Museo Louisiana, Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imagen: Louisiana Museum
Galería Asger Jorn, Museo Louisiana. Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imagen: Paul Buchard/Brondum & Co.
En 1966 y 1971, el conjunto se vio ampliado con las dos plantas del ala oeste. En el año 1976, se construyó un salón de actos, que se utiliza, principalmente, como sala de conciertos. Las butacas fueron diseñadas por Poul Kjaerholm, y las pinturas de la sala fueron realizadas por Sam Francis.
Ala oeste, Museo Louisiana. Imagen: Roald Pay
El ala sur se adapta al terreno, enterrándose para generar espacios de exposición de mayor altura. Su construcción se llevó a cabo en 1982. Con el trazado del ala este, completada en 1991 y también en gran parte enterrada, se conseguía concretar un recorrido circular para la exposición, finalizando en el punto de partida. Conocida como ala gráfica, permite exponer obras que se dañaría con su exposición a la luz del sol.
Evolución del Museo Louisiana, con sus distintas fases constructivas
Las obras se completaron con un ala infantil (1994-1998) y la modernización de las instalaciones y elementos acristalados (2003-2006). Una de las últimas actuaciones ha sido la formalización de la instalación de la artista japonesa Yayoi Kusama que lleva por nombre Gleaming lights of the souls. Consiste en un volumen de cuatro por cuatro metros, recubierto de espejos en paredes y techo. El suelo es una lámina de agua, con una plataforma desde donde contemplar la instalación. Del techo cuelgan un sinfín de lámparas de color cambiante, generando un ambiente psicodélico y alucinatorio.
Instalación Gleaming lights of the souls. Yayoi Kusama. Museo Louisiana. Imagen: Kim Hansen
Instalación Gleaming lights of the souls. Yayoi Kusama. Museo Louisiana. Imagen: Ulrik Jantzen
La arquitectura del museo tiene su razón de ser gracias al jardín que la envuelve. La naturaleza se convierte en una nueva sala expositiva, esta vez sin techo, rodeada por las alas edificatorias. El parque de esculturas es otra experiencia fascinante en sí mismo. El visitante camina entre la vegetación y las obras artísticas. Como telón de fondo, el mar.
Museo Louisiana, Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imagen: www.visitcopenhagen.com
La arquitectura, desmaterializada gracias a sus cerramientos acristalados, se diluye en el paisaje, o bien, acota y delimita visuales. La interacción entre naturaleza, arquitectura y arte es completa. La percepción de los espacios expositivos exteriores es cambiante a lo largo de las estaciones y de las variaciones climáticas. El proyecto paisajístico inicial fue elaborado por Ole y Edith Norgaard. Las adaptaciones llevadas a cabo tras las sucesivas ampliaciones han correspondido a Lea Nørgaard y Vibeke Holscher.
Museo Louisiana. Imagen: Matt Gibberd
Las esculturas son de artistas tan variados como Alexander Calder, Max Ernst, Jean Arp, Max Bill, Joel Shapiro o Noubo Sekine. Destacan la escultura de Henry Moore Nº 5 (Seagram), las obras de land art The gate in the gorge de Richard Serra y Self passage de George Trakas, o el pabellón de vidrio realizado por Dan Graham, en 2008, Square bisected by curve.
Museo Louisiana, Jørgen Bo y Vilhelm Wohlert. Imagen: Louisiana Museum
A veces, como en Louisiana, encontramos arquitecturas que pasan desapercibidas porque no crean estridencias, que no llaman la atención con alardes innecesarios, que no buscan páginas de papel cuché, aceptando el silencio del trabajo bien hecho. A veces es preferible escuchar ese silencio.
HERMOSO MUSEO, GRAN EXPERIENCIA CONOCERLO
Hola felicitaciones !!!!es espectacular la colección el parque y la arquitectura de su museo.
Compre un libro en una librería de usados en Buenos Aires y descubrí su lugar ,espero un día viajar para conocerlo personalmente.