Bivvy Hut es una cabaña de retiro situada en una ladera subalpina sobre Queenstown-Glenorchy Rd, diseñada por Vaughn Mcquarrie Architects, que se inspira para su concepción en el entorno natural que rodea el edificio.
La casa, de 112 m2, se concibe con una forma irregular que imita los fragmentos de roca, de esquisto, que pueblan la zona, lo cual además permite sacar el máximo partido a las vistas del paraje natural en que se enclava la cabaña y a la orientación, garantizando una máxima eficiencia energética con medios pasivos acordes a los criterios sostenibles que guían desde el principio la idea de proyecto.
El acceso a la vivienda se produce por uno de los laterales, un testero de hormigón ciego en el cual se abre una rasgadura donde se sitúa la puerta de entrada.
Una vez en el interior, un pequeño recibidor comunica con una habitación, un baño, un pequeño aseo y con los espacios principales de la cabaña.
El dormitorio disfruta de la mejor orientación y vistas del lugar, disponiendo de una ventana cuadrada que enmarca las vistas lejanas de las montañas.
A través de una original puerta concebida a modo de grieta en la roca, se accede a la zona de día, donde encontramos un espacio diáfano que disfruta de vistas hacia la ladera de la montaña, donde se sitúa la cocina, integrada con el comedor y con una pequeña sala de estar, situada junto a un gran ventanal.
Tras la sala de estar se encuentra el dormitorio principal, que se orienta, al igual que el otro, hacia las mejores vistas del lugar, las cuales quedan enmarcadas ahora por una ventana panorámica de corte horizontal.
Cuenta con un baño privado desde el cual se puede seguir disfrutando del paisaje gracias al cerramiento de vidrio que lo conecta visualmente con el exterior.
Desde el comedor, unas escaleras dan acceso al espacio principal de la vivienda, la sala de estar, situada en un nivel inferior al resto de los espacios, a través de la cual la casa se abre definitivamente al lugar, al paisaje, disponiendo un cerramiento de vidrio que actúa como la boca de la cueva a través de la cual vemos el exterior.
El cerramiento de vidrio tan sólo queda interrumpido por el quiebro de la poligonal envolvente, donde aparece una pared de hormigón frente a la cual se dispone la chimenea de biomasa que caldea el espacio interior durante el invierno.
Todo el perímetro del salón dispone de un sofá corrido integrado en el paramento, que permite dar alojamiento a los posibles familiares y amigos que acudan de visita, a la vez que ofrece un lugar donde disfrutar del descanso, la lectura…
La vivienda se resuelve principalmente con 3 materiales: hormigón, madera y vidrio. El hormigón visto se impone como el material más adecuado para lograr el objetivo de que la vivienda emule al entorno rocoso, por lo que se tiñe de un gris intenso y se le da una textura superficial, un rayado que emula el esquisto natural.
Para garantizar la eficiencia de la envolvente, la capa interna de hormigón queda separada de la exterior gracias a la disposición de un aislamiento intermedio.
Algunos de los paños de la envolvente están revestidos con madera de cedro, listones verticales que se conciben como una segunda piel, como la envoltura de la roca.
El vidrio es el protagonista del cerramiento de los huecos, con marcos de acero que se adaptan a la forma irregular de muchas de las ventanas, así como a la variedad de formatos y tamaños presentes en las distintas fachadas, que intentan sacar el máximo partido de las vistas y del soleamiento.
La madera es también otro de los materiales presentes en los acabados interiores, como en la capa interna de la cubierta o en el mobiliario fijo de la cocina, el salón y los dormitorios, contrastando su calidez con el frío acabado de los paramentos de hormigón y los pavimentos continuos de cemento pulido que imitan la textura de la roca.
La cubierta se resuelve con un faldón inclinado, que sigue la pendiente de la ladera, resuelto con un panel sándwich de chapa grecada del mismo color que el hormigón.
Destaca la presencia de dos pequeños lucernarios que captan luz cenital para iluminar algunos espacios interiores, como el dormitorio secundario.
El mobiliario se reduce al mínimo, predominando los acabados textiles y la madera para crear un ambiente cálido y confortable.
Podemos encontrar sin embargo dos elementos que también rememoran las rocas del lugar, como son la mesa auxiliar del salón y la piedra que ejerce de peldaño en el baño principal.
Imágenes de Simon Devitt