La arquitectura como parte del proceso de duelo por la partida de un ser querido
Con motivo de la reciente celebración del día de muertos en México vale la pena recordar que dentro de toda la variedad de usos y problemas que existen dentro del amplio mundo de la arquitectura, también hay edificios que abordan el tema de la muerte y cuyo tratamiento varía dependiendo del contexto cultural en el cual se desarrolla.
Un ejemplo de ello es el encargo realizado por la oficina mexicana de arquitectura Tatiana Bilbao Studio donde la carga simbólica de una casa funeraria, al igual que la de un crematorio o cementerio, tuvo como centro el fallecimiento de un ser querido, así como el proceso por el que pasan los familiares y amigos.
El edificio se ubica en el estado norteño de San Luis Potosí y en términos generales tiene como premisa cumplir con dos funciones: ser la sede de rituales sociales y religiosos dedicados a las personas fallecidas y preparar a los cuerpos para el velatorio.
Es de esta manera que el proyecto se divide en la planta baja, donde tienen lugar todas las actividades sociales, y en el sótano, donde ocurren todas las actividades relacionadas con el tratamiento de los cuerpos.
El proyecto parte de la idea de que tanto la vida como la arquitectura se componen de fragmentos donde las transiciones y los límites adquieren particular relevancia. Para materializar estos conceptos se pensó en el vestíbulo y área común principal como un espacio intermedio pergolado que cambia a lo largo del día, transmite la sensación de temporalidad y permite el acceso a los velatorios, cada uno con una sala anexa donde las personas pueden convivir en un acto social donde incluso la persona difunta pasa a segundo plano.
Además de capillas, jardines y salas, el conjunto también incluye oficinas administrativas, cafetería, florería y guardería. Para el estudio tanto en los jardines como en el vestíbulo fue importante incluir vegetación que ayudara a crear un contraste entre la vida y la muerte y así remarcar también los conceptos de continuidad y paz.
Si bien en muchas partes del mundo el fallecimiento de una persona impone respeto y duelo, en México también se le suele aceptar como una razón más para juntarse en familia, reencontrarse con seres queridos y recordar juntos los momentos agradables de la vida.
Tatiana Bilbao
Fotografías de Iwan Baan