La vivienda, diseñada por Equipo Olivares y situada en El Médano, conocido por ser una zona muy ventosa de Tenerife, está pensada para favorecer la vida al aire libre al abrigo de los vientos dominantes gracias a la secuencia de los patios
Emplazada en una parcela interior con escasas vistas, la casa NaCAr es una vivienda de vacaciones que nace de su situación en el pueblo del Médano.
El lugar, famoso como centro de wind y kite surf, tiene un intenso régimen de vientos y así, el proyecto pretende aprovechar las virtudes climáticas del sur de Tenerife al tiempo que trata de minimizar sus incómodas servidumbres.
Con un programa adecuado para el lugar (cuenta con lavadero junto al acceso para endulzar los trajes, una minipiscina para refrescarse o un comedor exterior sombreado, con parriila y un generoso bancoencimera), la vivienda es un volumen sencillo organizado en una secuencia de patios, pensados para favorecer la vida al aire libre al abrigo de los vientos dominantes.
Así pues, los espacios abiertos se diseñaron como extensión del interior: protegidos mediante muros y celosías ‐inspiradas en los muros palomeros, típicos en la agricultura local‐, o amparados por sombras tejidas con mimbre ‐tan presente en la cestería tradicional‐ aportan frescor y aparecen como el corazón de una arquitectura para ser disfrutada desde fuera.
Por lo demás, la casa se forra por completo con un manto de SATE, sin distinguir entre paredes o cubierta y, combinada con la tersura del aluminio composite, conforma una geometría elemental solo rasgada por líneas de aire, luz y sombra. En cuanto al resto de materiales, hormigones roturados y levemente teñidos que aluden a la piedra tosca, carpinterías limpias acabadas en formica blanca o madera de bambú en los pavimentos de planta alta, un requerimiento de la propiedad que aporta un contrapunto de calidez en una vivienda costera.
Equipo Olivares Arquitectos
Fotografías de Flavio Dorta