El Centro Maggie de Oxford de encuentra en las proximidades del Hospital Churchill, en una zona que se caracteriza por su frondosidad. Wilkinson Eyre Architects diseñaron un edificio como una casa del árbol, elevada sobre el paisaje, para interactuar con este entorno natural.
El Centro Maggie de Oxford es uno de los múltiples centros que la fundación benéfica Maggie ha construido para brindar apoyo emocional y práctico a cualquier persona con cáncer. El entorno donde se produce este proceso es un aspecto clave, por este motivo todos sus centros tienen que generar entornos estimulantes y edificantes vinculados con la naturaleza. Este singular edificio está ubicado en el característico límite frondoso del Hospital Churchil y fue encargado por la fundación al arquitecto Chris Wilkinson en 2006, aunque no abrió sus puertas hasta 2014.
El equipo de Wilkinson Eyre se centró en el concepto de casa del árbol para desarrollar su proyecto, ya que este le permitía un fuerte vínculo con la naturaleza que nace desde el respeto de la misma. El edificio se encuentra elevado sobre el terreno y apoyado en grupos irregulares de pilares, muchos de ellos inclinados, que evocan los troncos de los árboles en un bosque.
El volumen suspendido consiste en una serie de planos fragmentados que se doblan y pliegan entre sí para formar un elemento quebrado tripartito. Esto permite que la estructura encaje entre los árboles existentes y que los visitantes tengan siempre vistas sobre el paisaje.
El espacio interior se organiza de forma fluida, todos los espacios están conectados entre sí, sin necesidad de pasillos y minimizando el número de estancias cerradas. Esta distribución proporciona diferentes áreas para la relajación, el apoyo emocional y para compartir información e interactuar. El núcleo del edificio tiene forma triangular y alberga el corazón mismo. Una zona donde cocinar, comer, sentarse solo o con más gente, presidido por una gran mesa triangular diseñada por el propio estudio de arquitectura. Este espacio aumenta su calidez gracias a su iluminación cenital que se produce directamente sobre la mesa que preside el espacio. Su chimenea, que es un elemento clave en todos los Centros Maggie, genera un lugar acogedor para que todos los usuarios puedan reunirse y relajarse frente al fuego.
La zona norte del edificio acoge las estancias más pequeñas e íntimas, las salas de consulta; la zona occidental se compone de un salón flexible con grandes ventanas y acceso al balcón que bordea todo el edificio. Y la zona sur está compuesta por el acceso y los elementos de servicio, así como una zona para el personal que administra y gestiona el centro.
Para respetar el entorno y adaptarse a él, en el edificio predomina la madera y el vidrio. Su estructura está construida principalmente con madera, a partir de paneles prefabricados de madera contrachapada que se apoyan sobre pilares de madera laminada, fijados a su vez sobre soportes de acero ocultos en el terreno.
La clave del concepto de diseño de los arquitectos fue crear un edificio cálido y cercano, con espacios de escala doméstica. El centro es tranquilo y neutral, muy alejado de los elementos corporativos o clínicos.
© Wilkinson Eyre Architects
© Maggie’s Centres
Fotografía: Julian Abrams