Transformación tras transformación, el Centro Social El Roser ha pasado de albergar una antigua prisión preventiva a suponer un programa innovador en España debido a la suma de usos ubicados en su interior
La antigua prisión preventiva de la ciudad de Reus, construida en el año 1929, transformada en escuela 50 años más tarde forman la base de dialogo que da lugar a la intervención diseñada por Josep Ferrando Architecture y Gallego Arquitectura para dar cabida a un espacio innovador a nivel de condensación de usos en su interior.
El proyecto buscar dar respuesta a un equipamiento que consta de un refugio para personas sin hogar, un comedor social y un espacio comunitario, permitiendo con esto que todos los servicios sociales de la ciudad queden integrados en un mismo espacio.
Imagen de uno de los espacios interiores
Axonometrías de explicación del proyecto
El edificio catalogado como Bien Cultural de Interés Local (BCIL), busca el previamente mencionado diálogo entre los momentos temporales del conjunto, mediante el trabajo con los diferentes estratos constructivos que se pueden observar en el edificio. Así pues, podemos observar la puesta en valor de estas diferentes capas con un total respeto a la edificación original y una clara puesta en valor de la estructura y tipología constructiva de la época.
Imágenes comparativas del antes y el después de algunos espacios
Los arquitectos decidieron trabajar en la propuesta desde todas las escalas posibles, tanto en la dialéctica de los materiales como en la geometría del conjunto y la relación con la ciudad.
A nivel de ciudad, en el edificio original, al igual que ocurría en casi todas las prisiones de la geografía española, el acceso se realizada a través del portón principal, cuya dimensión monumental y el hecho de estar ligado al muro de cierre establecía el límite del equipamiento con el resto del lugar. Actualmente, esa escasa acera limitada por el muro ha sido ampliada gracias a la eliminación del mismo, lo que ha generado la apertura del equipamiento a la ciudad, mientras que la permanencia del portón realza el valor patrimonial del mismo.
Imágenes del espacio exterior sin muro original
A nivel geométrico, la planta en “H” del edificio ha sufrido una modificación con la apertura de huecos transversales, generando con ello una mayor permeabilidad en el conjunto, lo cual elimina la estanqueidad de los espacios. Esto permite a los arquitectos y visitantes tener una nueva lectura tanto del funcionamiento como de los recorridos del interior del edificio. A nivel de huecos y aperturas, las nuevas ventanas, así como los núcleos húmedos se introducen por tangencia, reforzando esta idea de palimpsesto marcada como parte principal del origen del proyecto.
Planta de distribución de la nueva propuesta
Axonometría final de uno de los nuevos espacios generados
A nivel matérico, ya se ha mencionado la estratificación que ha dado lugar a parte importante de la estética del proyecto, ya que la recuperación de los paramentos a niveles de cada una de las intervenciones que ha sufrido el edificio nos permite generar esa sensación de paso de tiempo en la nueva propuesta.
Además, la dialéctica establecida entre los nuevos elementos, ligeros y etéreos, con las antiguas estructuras, tectónicas y estereotómicas nos sirven para diferenciar la nueva intervención de lo existente.
Imágenes de los espacios interiores y de las conexiones entre edificios
Los cuatro años de diálogo con el Ayuntamiento de Reus, el diseño del proyecto y la construcción del mismo, han culminado en un espacio innovador a nivel nacional que dará mucho que hablar tras su apertura este 2022.
Josep Ferrando Architecture y Gallego Arquitectura
Fotografías de Adrià Goula
Planos de Josep Ferrando Architecture y Gallego Arquitectura