Tarasana, ubicado en la Sierra Madre Occidental de México, es un centro holístico que fusiona arquitectura emocional y biónica. Su diseño inspirado en el toroide busca generar espacios de sanación y reconexión con la naturaleza, utilizando materiales como ferrocemento para crear formas orgánicas que armonizan cuerpo, mente y espíritu
Ubicado en la comunidad de Yelapa, México, el Centro Tarasana es un proyecto arquitectónico que fusiona diseño, espiritualidad y funcionalidad en un entorno natural. Con un enfoque integral, Tarasana propone ser un espacio de sanación física, emocional y espiritual, ofreciendo servicios como el parto natural en el agua y actividades de reconexión con la naturaleza.
El diseño de Tarasana, obra de la firma de arquitectura MA Estudio, se inspira en el Manifiesto de la Arquitectura Emocional de Mathias Goeritz, que propone que la arquitectura debe elevar la espiritualidad humana. La estructura del centro no solo busca cumplir con una función práctica, sino también generar una experiencia emocional profunda, especialmente en sus espacios destinados al parto, que evocan la seguridad y el bienestar del útero materno. Estos entornos buscan armonizar con el cuerpo humano, creando un ambiente de reconciliación con la naturaleza.
La inspiración del proyecto también proviene de la biónica, un enfoque que imita los patrones de la naturaleza. El diseño de Tarasana se basa en el arquetipo del toroide, una forma energética en la que la energía fluye de manera continua, creando un equilibrio entre lo masculino y lo femenino, el Ying y el Yang. Este principio se refleja en el uso de materiales como el cemento, el hormigón y el acero, que se combinan de manera que refuerzan la estabilidad de la estructura mientras permiten una forma fluida y orgánica.
La estructura del centro está construida con ferrocemento, un material altamente plástico que permite una gran flexibilidad en el diseño. Gracias a su capacidad de moldearse, el ferrocemento facilita la creación de formas escultóricas que se alinean con el patrón del toroide, sin necesidad de soportes verticales independientes. Este diseño no solo asegura la estabilidad del edificio, sino que también refleja la interacción armónica entre la tecnología y la naturaleza.
El Centro Tarasana es un claro ejemplo de cómo la arquitectura puede ser un medio para reconectar al ser humano con su entorno natural y emocional, proporcionando un espacio de sanación y crecimiento personal.