Urbantainer es el artífice de Common Ground, el mayor centro comercial del mundo construido con contenedores reciclados, situado en el distrito de Gwangjin de Seúl, Corea del Sur.
El proyecto surgió con la idea de revitalizar espacios urbanos poco aprovechados, creando espacios híbridos que actúen como una plataforma de cultura, lugar de ocio y de compras, con un mínimo coste, reduciendo el uso de materiales y los tiempos de ejecución, manteniendo la idea de arquitectura móvil, fácilmente desmontable y reutilizable.
De esta forma se idea Common Ground, un complejo de 5300 m2 construido en tan sólo 5 meses utilizando 200 contenedores reciclados, que vienen preparados de fábrica y se instalan y montan en obra. Alberga una plataforma minorista joven y creativa, con un total de setenta tiendas que apuestan por los nuevos diseñadores en lugar de por las grandes marcas de moda. Cuenta además con veinte restaurantes, una terraza de ocio al aire libre y una plaza exterior, proporcionando espacios donde disfrutar de la gastronomía y de una amplia variedad de actividades culturales.
El proyecto está constituido por dos edificios situados en el perímetro de la parcela, el Market Hall y el Street Market. El diseño de cada uno de ellos permite un aprovechamiento diferente de los contenedores, creando tanto una imagen exterior como unos espacios interiores conceptualmente distintos.
El Market Hall, el que podríamos considerar como edificio principal, dispone el módulo con el lado longitudinal, de 12 m de largo, paralelo a la fachada. Los contenedores son utilizados como cabinas de compras. La fachada oeste se abre hacia la zona de aparcamiento, creando un frente de acceso al edificio, que comunica con el volumen central, que dispone de una terraza transitable al aire libre en la tercera planta.
Por el contrario, el Street Market se configura con los contenedores dispuestos de forma que los testeros configuran la fachada exterior, con el lado longitudinal perpendicular a la misma. Ello conlleva un concepto diferente en el espacio comercial, con cabinas individuales. Lo mismo sucede en la fachada, donde se potencia la verticalidad de las pilas de contenedores, los cuales mantienen en la medida de lo posible la textura original.
Este tetris de contenedores azules que compone las fachadas principales que se enfrentan al viario rodado, rotundas, mayoritariamente opacas, se ha convertido en la seña de identidad del edificio.
La potente fachada consigue captar el interés de los transeúntes del barrio, reconduciéndolos hacia el interior del edificio.
Los dos volúmenes crean un gran espacio al aire libre en el centro de la parcela, al cual se accede a través el edificio principal o por los callejones creados por la separación entre los edificios, que crean una manzana abierta.
Este área en planta baja ejerce de plaza pública vinculada al Market Hall, cuyas fachadas se abren hacia la misma.
Dos escaleras situadas en los laterales de la fachada comunican direcamente con la terraza de la tercera planta, uniendo de este modo los espacios exteriores del complejo.
El área vinculada al Street Market ejerce de zona de servicio, delimitando superficies de carga y descarga de mercancías, etc.
El diseño de los espacios interiores apuesta por mostrar el ambiente industrial el edificio, dejando los módulos de los contenedores o las cerchas de la estructura metálica vistas.
Este mismo ambiente reina en los núcleos de circulación interiores.
El Common Ground se ha convertido en uno de los puntos de atracción turística más populares de Seúl.
Imágenes: Kyungsub Shin
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