La conversión de esta casa en ruina en una casa contemporánea sin la necesidad de materiales de última generación, ha sido realizada por el estudio Arquitectura G. En el proyecto han sabido aprovechar los materiales locales y tradicionales adaptándose al lugar y condiciones económicas con un resultado muy sugerente.
El proyecto de reforma integral del estudio Arquitectura G ha mantenido las fachadas de una antigua vivienda entre medianeras, de planta alargada y crujía estrecha. Se ha liberado la planta baja creando una zona diáfana que se relaciona con el huerto de la vivienda en la parte trasera.
La vivienda inicial carecía de iluminación y ventilación en su interior, haciéndola poco habitable, por lo que la introducción de un patio en su interior ha logrado conducir la luz al interior de la vivienda y convertirlo en el núcleo que organiza la vivienda.
Envolviendo al patio se han construido las cuatro bandejas de los forjados escalonados en las que en cada una se desarrolla una única dependencia, cocina, salón-estar y dos habitaciones en los dos forjados superiores. Cada habitación tiene su baño que se abre al patio.
El patio central de la casa es el corazón de la misma y está presidido por un abedul que introduce el verde en el interior. Es un árbol de hoja caduca que permite sombra en la época más calurosa y la entrada de la luz y el calor en el invierno.
Las pasarelas que rodean al patio interior son de un entramado metálico que permite una doble circulación en el interior y en el exterior de la vivienda.
La estructura y la construcción son de una sencillez absoluta. Los arquitectos han buscado una atmosfera en la que predomine el juego del color rojo de la cerámica de los suelos y los forjados y el verde del abedul y que la luz que se introduce en el interior de la vivienda sea la que matice a lo largo del día.
Los nuevos forjados de la vivienda se han realizado con perfiles IPE 100 con rasillas cerámicas de 1m como piezas de entrevigado. El espesor total es de 15 cm por lo que desde el patio podemos ver el contraste de la ligereza de estos nuevos forjados con la pesadez y rugosidad de las medianeras que se han dejado pintadas a la cal.
En la planta baja se ha utilizado como pieza para el suelo un baldosín catalán de color rojo similar al color de la rasilla del techo. En la parte trasera de la planta baja que ubica estancia que funciona como salón de verano que puede abrirse por completo al patio para el disfrute del mismo.
El proyecto Casa Luz ha obtenido el Premio Ascer al mejor trabajo interior y Premio AJAC en la categoría de Obra construida/Arquitectura.
Arquitectos: ARQUITECTURA-G (Jonathan Arnabat, Jordi Ayala-Bril, Aitor Fuentes, Igor Urdampilleta)
Ubicación: Cilleros, Cáceres
Superficie construida: 136.5 m²
Año de construcción: 2013
Presupuesto: 66.000€
Precio €/m2: 483,5
Fotografías: ©José Hevia