El Jardín Infantil en Timayui diseñado por El Equipo Mazzanti, es parte del plan de mejora de las condiciones educativas y alimenticias de las comunidades que habitan la periferia de la ciudad de Santa Marta, víctimas del desplazamiento forzado a cusa de la violencia. El proyecto responde a las necesidades de la población más vulnerable y a diferentes necesidades para el desarrollo cultural y educativo de la zona
Como parte del plan de mejora de las condiciones educativas y alimenticias de las comunidades que habitan la periferia de la ciudad de Santa Marta, debido al desplazamiento forzado del campo a causa de la violencia, la alcaldía de la ciudad y la Fundación Carulla proponen el desarrollo infraestructural de jardines infantiles con el objetivo de impulsar el aumento de la calidad de vida de los habitantes, con la conciencia de que apoyando la población más vulnerable, la primera infancia, es posible generar un impacto positivo en la zona y su sociedad.
Fotografía de Jorge Gamboa
En el año 2011, en el barrio Timayui -ubicado junto al río Manzanares- se construye el jardín infantil de mil quinientos metros cuadrados, diseñado por El Equipo Mazzanti, el cual surge del reto proyectual de generar un espacio que permita la inclusión social y la apropiación de la comunidad. Aunque su objetivo principal es la generación de un espacio de educación infantil, el proyecto también busca la implementación de la cultura ambiental, la agricultura urbana y la productividad.
Fotografía de Jorge Gamboa
La arquitectura es flexible e integradora, lo que le permite como sistema implantarse en diferentes lotes sin generar gran impacto en el diseño y ser resiliente ante los diferentes cambios; lo anterior, respondiendo a tres principios claves: la arquitectura abierta, la arquitectura que comunica, y la arquitectura que es acción.
Fotografía de Jorge Gamboa
El diseño consiste en diferentes volúmenes que conforman un módulo tipo flor, los cuales se adaptan a las diferentes condiciones del terreno, de los usos, y del urbanismo. Los diferentes módulos se conectan entre sí por medio de una pasarela, dejando entre ellos espacios vacíos al aire libre que permiten la ejecución de diferentes actividades. La flor nace de la filosofía pedagógica de Loris Malaguzzi, la cual propone un elemento con tres centralidades relacionadas entre sí, provocando diferentes situaciones entre los niños, los educadores y la familia.
Fotografía de Jorge Gamboa
Además de las áreas normales de un programa arquitectónico para un jardín infantil, tales como las zonas de juegos internas y externas, las aulas cerradas y al aire libre; el proyecto incluye un aspecto que demuestra la comprensión del entorno y la de comunidad: la vinculación del ecosistema nativo a la educación; lo anterior, por medio de espacios para la siembra y el cuidado de las especies endémicas del lugar. Así, los aspectos mencionados permiten evidenciar la importancia de la exposición a las nociones de la naturaleza, su cuidado y protección desde una edad temprana y aún más en poblaciones que viven en relación directa y constante con ésta.
Fotografía de Jorge Gamboa
El proyecto también se caracteriza por su sostenibilidad, en donde resaltan aspectos como la orientación de la edificación -de sur a norte-, la cual permite la regulación de la temperatura de los diferentes volúmenes a través de ventilación natural -junto con un sistema de muros en fachada con alta eficiencia térmica-, y la iluminación natural. Así mismo, la edificación cuenta con un sistema de reciclaje de aguas lluvias y aguas grises, los cuales con los aparatos ahorradores garantizan la optimización del bien natural. Finalmente, la separación de residuos es otro aspecto fundamental, el cual permite la realización de compostaje utilizado para la fertilización de la zona de cultivos.
Fotografía de Jorge Gamboa
El Jardín Infantil de Timayui es un símbolo de su comunidad, y un claro ejemplo de que la arquitectura consciente puede impulsar el desarrollo de una población, incluso aquellas han vivido situaciones muy difíciles.
Fotografía de Jorge Gamboa
Escrito por María Carla Flórez Jiménez desde BOGOTÁ D.C.
Fotografías de Jorge Gamboa, Alejandra Loreto