Obra de la firma de arquitectura n o t architects studio, la librería anticuario en la zona de Jimbocho, abre sus puertas a los amantes de la historia y a la cultura japonesa más tradicional. Un espacio donde los libros antiguos y los diversos elementos del mundo moderno se consiguen mezclar entre sí a través de la arquitectura, mientras crea un nuevo paisaje en el vecindario
El proyecto librería anticuario del estudio de arquitectura n o t architects studio, se ubica en la primera planta de un edificio que da a la calle Yasukuni en la zona de Jimbocho, conocida principalmente por su abundancia en tiendas de compra-venta de libros de segunda mano.
El propietario del negocio originalmente regentaba una librería occidental de segunda mano en este edificio, pero decidió reabrir como tienda selecta de libros usados y antiguos junto con otros cuatro socios.
Cada propietario comercializa varios tipos de libros antiguos, desde libros occidentales hasta libros japoneses, estampas japonesas Ukiyoe, pergaminos colgantes Kakeziku y pergaminos tradicionales Makimono, por lo que el nuevo negocio requería de un espacio donde estos productos pudiesen ser colocados libremente y poder ser admirados como lo que son, obras de arte.
El equipo de arquitectos de n o t architects studio, tras estudiar las limitaciones del espacio y las necesidades de sus clientes, optó por un diseño minimalista donde una sola pared continua metálica moldea el ambiente y da servicio a la tienda.
La pared se curva y se extiende hacia el exterior, creando diferentes zonas en el local, envolviendo el edificio y reflejando sutilmente los colores y elementos circundantes.
La pared interior cuenta con pequeños huecos a intervalos regulares, donde las diferentes estanterías pueden ser recolocadas según las necesidades del momento o las dimensiones de los productos. Cada uno de los estantes es totalmente móvil, por lo que estos pueden ser colocados en diferentes alturas y localizaciones, mezclando libros occidentales y japoneses, o conectados entre sí para formar un estante largo para pergaminos, o incluso, siendo completamente eliminados de ciertas zonas para poder colgar pergaminos en la pared.
La superficie de la pared está cubierta con una capa plateada de aluminio que refleja sutilmente los colores del entorno, el movimiento, el clima cambiante y los libros antiguos. Un acabado que recorre el paramento incluso en el exterior del negocio, confiriendo un aura escultórica a la propia pared. La puerta principal del comercio es de vidrio transparente en su totalidad, lo cual brinda continuidad al elemento arquitectónico metálico y consigue una sensación envolvente integral a los clientes y visitantes.
Fotografía de Aoi Nahata