El estudio alemán Querkopf Architekten desdibuja los límites de esta vivienda, fundiendo el interior y el exterior para disfrutar del frondoso bosque que la rodea
Concebida como ‘’una escultura esculpida en piedra’’, el proyecto pretende que la pureza y contundencia de sus volúmenes dialoguen con un entorno idílico, en el que un material vivo como el hormigón, texturizado con listones de madera, crea una cierta conexión que el tiempo hará más notable.
El programa de esta vivienda se divide entre sus tres alturas: el sótano, incrustado en el terreno, tan solo se muestra en el acceso del aparcamiento, a modo de basamento de una planta baja mucho más abierta y liviana, donde se desarrolla la vida social, cubierta por un robusto volumen que preserva la intimidad de los usos más privados, únicamente perforando las vistas.
La entrada se muestra a su vez másica y contundente, donde 3 volúmenes de hormigón generan un dialogo abstracto maclándose entre sí, donde surge la perforación que marca la entrada a la casa. Este dialogo va generando perforaciones en los encuentros de las masas de hormigón, mientras que grandes pilares inclinados en forma de V aportan la ligereza necesaria a la composición escultórica.
La pureza de los volúmenes se potencia aún más cuando el hormigón penetra en los interiores de la vivienda, cuyos interiores solo están delimitados por los grandes ventanales, más patente aún en los grandes espacios que albergan el salón y el comedor, con una espectacular doble altura presidida por una escalera volada.
No obstante, cuando los espacios tienen una escala menos abrumadora, la conexión con el exterior permite que los usos más cotidianos sigan disfrutando de un espacio sin límites.
Es en esta cotidianeidad donde se descubren materiales diferentes, detalles que dan una mayor profundidad a tan espectacular diseño, pero que no cogen el protagonismo de una idea muy potente que impregna todos los rincones de la villa Neo.
Fotografías de Liquid photography