Situado en Rotterdam, el nuevo edificio obra de MAD Architects, en colaboración con Bureau Polderman, transforma un almacén industrial en un innovativo museo interdisciplinar sobre las experiencias migratorias
Ubicado en Katendrecht, península portuaria en la orilla sur del río Maas, frente al Hotel New York, antigua sede de la Holland America Line, desde donde partieron millones de migrantes rumbo a América, se alza el museo Fenix. El proyecto, obra del estudio MAD Architects, es un nuevo museo de Rotterdam dedicado a explorar el fenómeno de la migración a través del arte contemporáneo e histórico.
El museo ocupa el antiguo San Francisco Warehouse, un almacén de 1923 considerado en su época uno de los mayores del mundo. La Fundación Droom en Daad, institución neerlandesa dedicada a impulsar proyectos culturales estratégicos, adquirió el edificio en 2018 y encargó la transformación al estudio liderado por Ma Yansong. Se trata del primer encargo cultural público de MAD Architects en Europa. El estudio ha sido acompañado por Bureau Polderman, encargado de la restauración patrimonial para devolver al conjunto su carácter original.
La intervención arquitectónica equilibra con precisión la preservación del legado industrial y la incorporación de un nuevo objeto icónico. El edificio, con una superficie de 16.000 metros cuadrados distribuidos en dos niveles, de los cuales más de 10.500 están abiertos al público, conserva 172 metros de fachada histórica en hormigón, restaurada con detalles del edificio original de 1923 y de la reconstrucción de posguerra entre 1948 y 1950.
Bureau Polderman devolvió a las ventanas su tipología original y pintó las carpinterías y puertas correderas con el color verde histórico característico, mientras que la fachada sur, de 2.200 metros cuadrados, fue limpiada y revocada de nuevo. La operación no sólo ha permitido recuperar un edificio de gran valor identitario, sino que lo ha preparado para un nuevo ciclo vital como institución cultural.
La pieza arquitectónica más destacada es el Tornado, una escalera helicoidal de doble hélice revestida en acero inoxidable pulido que se eleva desde el atrio central hasta un mirador a 30 metros de altura. La estructura, construida con madera y paneles metálicos producidos artesanalmente en Groningen, incorpora 336 escalones y 297 placas de acero que reflejan la luz, el movimiento y las siluetas de los visitantes. El Tornado es, al mismo tiempo, un elemento funcional de circulación vertical, una escultura urbana y una metáfora de los procesos migratorios: su geometría en espiral simboliza los giros, encuentros y rupturas de que caracterizan los desplazamientos humanos. Según Ma Yansong, la escalera dialoga con el pasado portuario del edificio al tiempo que proyecta una visión optimista hacia el futuro, estableciendo una relación narrativa entre memoria y porvenir.
La sostenibilidad es otro de los ejes del proyecto. Fenix incorpora una cubierta verde de 6.750 metros cuadrados plantada con sedum que reduce el riesgo de inundaciones, alivia la presión sobre el sistema de saneamiento y contribuye al enfriamiento urbano. Asimismo, cuenta con un sistema de almacenamiento térmico en el subsuelo (TES) conectado a una bomba de calor, que aprovecha un acuífero para regular eficientemente la temperatura interior. Con ello se alcanzan ahorros de hasta un 60 % en calefacción y 80 % en refrigeración. Esta estrategia de bajo impacto se suma a la reutilización de la estructura existente, prolongando la vida útil del patrimonio y reduciendo la huella de carbono.


El acceso al museo se realiza tanto desde la fachada norte, orientada al río, como desde la sur. El recorrido conduce al atrio central, cubierto por un lucernario que ilumina la base del Tornado y que actúa como espacio de bienvenida, con taquillas, tienda y cafetería. Uno de los espacios más significativos es el denominado Plein, una plaza interior de 2.275 metros cuadrados situada en la zona oriental de la planta baja, cuyas puertas se abren en tres direcciones para convertirse en un foro cultural abierto a la comunidad. Este carácter híbrido entre institución museística y centro cívico amplía la función social del proyecto, insertándolo en la vida urbana de Katendrecht, un barrio que históricamente fue zona portuaria y degradada, y que hoy vive un proceso de regeneración urbana.
La museografía refuerza la narrativa arquitectónica del lugar con exposiciones de artistas contemporaneos con temáticas relacionadas con las experiencias migratorias, los desplazamientos forzados y el exilio. El edificio Fenix no es solamente un museo de migración, sino que ha sido ideado como catalizador urbano. En palabras de Wim Pijbes, director de Droom en Daad: “El proyecto forma parte de una estrategia más amplia para reposicionar Rotterdam como capital cultural europea, basada en la tradición de la ciudad como puerto internacional y en su reputación arquitectónica contemporánea. La transformación de Katendrecht, hasta hace pocas décadas un barrio marginal, en un distrito cultural con instituciones innovadoras, espacios públicos y nuevas programaciones, ejemplifica la capacidad de la arquitectura para generar cohesión social y proyectar nuevos relatos urbanos”.


La propuesta de MAD Architects se inscribe en su línea de investigación sobre la relación entre naturaleza y arquitectura. El Tornado, con su geometría orgánica y su carácter escultórico, contrasta con el volumen horizontal y robusto del almacén industrial, creando un juego de tensiones entre lo pesado y lo ligero, lo lineal y lo fluido, lo histórico y lo contemporáneo. La escalera es al mismo tiempo experiencia espacial, paisaje simbólico y declaración de intenciones: un gesto arquitectónico que convierte la memoria de la migración en una vivencia física y emocional para los visitantes. En un momento en que los debates sobre movilidad y pertenencia están en el centro de la agenda política y cultural, Fenix propone un discurso humanista que reconoce la migración como una condición universal, integrando arte, patrimonio y arquitectura en un relato compartido.
Con esta intervención, Rotterdam suma a su ya célebre repertorio arquitectónico un nuevo referente. Fenix no es sólo un museo, sino un experimento de cómo un edificio antiguo industrial puede resignificarse para convertirse en un lugar de encuentro, memoria y futuro. La combinación de restauración patrimonial, innovación técnica y fuerza simbólica sitúa al proyecto como una de las obras arquitectónicas europeas más relevantes de 2025.
MAD Architects y Bureau Polderman
Escrito por Aina Pérez i Verge
Fotografías de Iwan Baan, Hufton + Crow, Gregg Telussa, Henry Verhorst, Ruben Dario Kleimeer
Fenix: Arquitectura y patrimonio como puente entre memoria y futuro









¿Un tornado en Rotterdam, un ave que alza el vuelo (fenix), discurso humanista?. Esto parece otra muestra del ego humano y la poca armonia con el entorno.