Ghery, posicionado desde el Olimpo de los dioses arquistar, se permite hacer una peineta en la rueda de prensa organizada con motivo del Premio Príncipe de Asturias que recientemente le ha sido otorgado. Por cierto ¿no hay arquitectos españoles a quienes darle el premio?
El gesto del afamado arquitecto ha levantado muchísimo revuelo en la prensa y redes sociales y colateralmente ha borrado cualquier referencia a su obra, que suponemos es en la que se habrá basado el jurado del Príncipe de Asturias para darle el premio.
En un arrebato poco elegante pero muy efectivo en cuanto a publicidad se refiere, Gehry expresa su opinión sobre los que dicen que su arquitectura es “arquitectura del espectáculo”. ¿Pero este señor pisa la tierra? Por su cara parece que le sorprenda el calificativo, pero no es la primera ni la última vez que se utiliza en referencia a su obra…claro me olvidaba de que desde la altura que otorga el estrellato, las cosas más terrenales ni se perciben…
Por otro lado dice: “El 98 % de los edificios que se hacen hoy son pura mierda, carecen de sensibilidad, sentido del diseño y respeto por la humanidad”. Sin negar que se hagan cosas muy malas, elevar el porcentaje hasta el 98% me insulta como arquitecto. La gente que me rodea intenta hacer un trabajo honrado, de calidad y dentro de presupuesto.
Posteriormente, en el resto de actos que se sucedieron, Frank Gehry pidió disculpas mucho más relajado: “Me han cogido desprevenido, siento la reacción”. Y admitió que lo ocurrido con el Guggenheim en Bilbao no es extrapolable a cualquier otro sitio, aunque los edificios públicos deben intentar ser icónicos.
Lo ocurrido en la capital vasca tiene las características de lo arbitrario, es maravilloso y mágico, pero es muy poco racionalizable y por tanto al depender de tantas variables tiene mucha probabilidad de fallar. Tanto es así que me atrevería a decir que nunca más ha vuelto a ocurrir en la obra de Gehry.
En definitiva, es obvio que el arquitecto californiano con su lenguaje arquitectónico y las obligatorias mejoras tecnológicas que lo sustentan ha empujado más allá los límites de la arquitectura…y esto es bastante como para el Príncipe de Asturias. Pero, ¿Lo podemos pagar como sociedad en estos momentos de crisis?...habrá que reflexionar al respecto.