Una asociación de vecinos consiguió hacer realidad este parque, ya emblemático, de Manhattan.
El High Line es un parque público de más de dos kilómetros de longitud, construido sobre una línea ferroviaria elevada que atravesaba el West Side (barrios Meatpacking District, Chelsea y Hell’s Kitchen) de Manhattan.
Este equipamiento es gestionado por Friends of the High Line, asociación sin ánimo de lucro que nació en 1.999 para la conservación de esta estructura histórica urbana que estaba bajo la amenaza de su demolición. Se construyó en 1930, en 1980 pasó su último tren y en 2003 esta asociación plantea un concurso internacional de ideas: El diseño y la recuperación de la High Line.
El concurso lo ganaron en 2004 James Corner (Field Operations) con Elisabeth Diller, Ricardo Scofidio y Charles Renfro (Diller Scofidio+Renfro) y ha tenido tres fases:
El 9 de junio de 2009 la Fase I (Gansevoort Street hasta West 20th Street) abre al público,
El 8 de junio de 2011 Fase 2 (West 20th Street hasta West 30th Street) abre al público y,
finalmente, el 21 de septiembre de 2014. Fase 3 (hacia el sur hasta la Calle 34) abre al público.
La naturaleza recupera una pieza de la infraestructura urbana, el equipo la convierte en un instrumento de ocio, se combina lo orgánico y los materiales de construcción, sus autores lo llaman “agro-tectura” para un espacio de ocio, con zonas de descanso, restauración, exposición y comercios. Se pueden alquilar espacios temporalmente, los usuarios pagan una entrada y la asociación también recibe donaciones, con todo ello se consigue la autosuficiencia económica del parque.
Es un espacio vivo, cambiante y siempre inacabado. Desde el Parque High Line se pueden la Estatua de la Libertad, el Empire State, pasando por vistas del río Hudson o el distrito financiero.
Este es un ejemplo de la importancia de la voluntad popular en las decisiones de los espacios y las infraestructuras de las ciudades.
© Friends of the High Line, Field Operations, Diller Scofidio+Renfro